El Desierto más árido del planeta es, en la actualidad, centro de atención para quienes vivimos al este de la Cordillera de los Andes por muchos motivos, algunos de los cuales desarrollaremos en este artículo.
      La región más árida de este desierto se extiende en el norte de Chile, entre el río Copiapó  y el río Loa, en la Región de Antofagasta (al norte de la Región de Atacama) en Chile. El desierto de Atacama está enmarcado por la Cordillera de los Andes y la costa del Océano Pacífico; forma parte del denominado Desierto del Pacífico, limitando al norte con el Desierto de Sechura en Perú.
Investigadores de la National Geographic consideran que la zona costera del sur del Perú, incluyendo los desiertos al sur de la Región de Ica, forman parte del desierto de Atacama.
El NOA (Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero) desde hace más de una década y cada vez más, viene desarrollando su política de relaciones internacionales hacia el “Norte Grande de Chile”, nombre con que se conoce políticamente al conjunto de regiones abarcadas por este gran desierto (Regiones de Atacama, Antofagasta, Tarapacá y Arica Parinacota).
      La gestión externa del NOA hacia el Norte Grande Chileno tiene en la provincia de Jujuy el principal nexo comunicacional, gracias al Paso Internacional de Jama, que vincula nuestra región, extendiendo su zona de influencia, a las regiones y ciudades atravesadas por el denominado Corredor Bioceánico de Capricornio, que parte desde el Puerto de Santos en Brasil, atraviesa el NEA, Paraguay, NOA, Norte Grande de Chile, y desemboca en los Puertos de Ultramar de Mejillones, Iquique, Antofagasta y Arica, entre los más importantes. Esta es la única red de carreteras totalmente pavimentadas de Sudamérica, al norte del conocido Corredor del MERCOSUR (que integra las economías de Brasil-Argentina-Chile, a través del paso fronterizo del Sistema Cristo Redentor.
Si nos remontamos al siglo XIX, cuando nuestros países comenzaron a transitar sus primeros años de vida independiente, el Desierto de Atacama fue escenario y causa principal de la Guerra del Pacífico entre 1879 y 1883, librada entre Bolivia, Chile y Perú, y ello debido, sobre todo a la riqueza del salitre, que dicha región ostentaba.
Hoy a más de cien años de aquel conflicto, el desierto pasó de ser un nudo de antagonismos y problemas a un abanico de espacios de cooperación, no ya de tres países, sino de regiones de cuatro estados nacionales incluyendo por supuesto, entre ellos, a la Argentina.
      Es necesario tener en cuenta algunos datos estadísticos importantes que nos permitan visualizar el potencial de intercambio comercial, cultural y turístico que está en juego a partir de las relaciones que se vienen llevando adelante entre los dos Nortes.

Fuente: Lic. en Economía Adrián Gutiérrez (Escuela de Economía y Negocios –Universidad Nacional de San Martín)

      Uno de esos espacios de cooperación que es destacable analizar, lo constituye a todas luces el Comité de Frontera Argentino-Chileno (NOA-Norte Grande), integrado por las provincias argentinas de Jujuy, Salta y Tucumán y sus contrapartes chilenas de Antofagasta, Tarapacá y Arica Parinacota, cuya primer reunión se realizó en la ciudad de Antofagasta, el 23 de agosto de 1991.
      En principio, los Comités fueron creados sólo para el diálogo entre Estados nacionales, con el objetivo de abordar temas relacionados a la problemática de las regiones fronterizas (facilitación fronteriza, comercio, infraestructura, servicios, etc.). Con el correr de los años se fueron consolidando como espacios de cooperación, donde el Estado Argentino y los Estados limítrofes –en este caso Chile-, conjuntamente con sus respectivas unidades subnacionales (provincias y regiones, departamentos y estados), junto a distintos actores de la sociedad civil (cámaras empresariales, fundaciones, universidades y particulares), participan en las discusiones sobre las propuestas que se debaten en los distintos encuentros anuales.
      En la última reunión del XXI Comité de Integración NOA-NORTE GRANDE, realizada en Antofagasta los días 13 y 14 de agosto del corriente año, la provincia de Jujuy tuvo una participación destacada con representantes del sector público y privado. Entre los temas destacados en algunas de las actas suscritas por quienes participaron en las distintas mesas de trabajo, podemos señalar el pedido a las autoridades chilenas, para que acepten la propuesta argentina, de que todos sus organismos de control fronterizo se ubiquen conjuntamente con los argentinos en el Complejo Fronterizo del Paso de Jama – a inaugurarse en el mes de octubre-, constituyendo una aduana de control integrado, lo que redundará en mayores beneficios para las personas que circulan hacia ambos países, como también una mejora sustantiva en el tráfico del comercio internacional, realizando los trámites en un solo lugar, hecho que abreviará los tiempos de espera, mejorando la competitividad y los costos de todos los actores involucrados.
      Las posibilidades de mejorar nuestra integración con el norte de Chile son muchas, el intercambio comercial es mínimo y no contempla aún, como debiera suceder -por ejemplo-, las frutas y hortalizas, sólo por nombrar algunos de los productos que el NOA puede exportar, de cumplir la normativa fitosanitaria que las autoridades del Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG) establecen para estos productos.
      Ello, sin mencionar con detalles, el gran potencial del turismo que viene dando muestras –según la Secretaría de Turismo y Cultura de Jujuy- de un franco crecimiento en cuanto a la visita de turistas de las ciudades nortinas (ciudades del norte de Chile) a nuestra provincia.
      Hoy, más que nunca, es necesario que los norteños y nortinos avancemos juntos hacia un futuro mejor, buscando el beneficio mutuo en todos los sectores en los que el intercambio sea posible.
Rememorando las palabras del periodista Rodolfo Ceballos , durante el año 1967, a pocos días de concluida la ya mítica Caravana de la Amistad, cuando aún se buscaba un paso para comunicar a Jujuy con Antofagasta, manifestaba “lo real es que Jujuy puede tener una salida al Pacífico y ganar los mercados comerciales de 120 mil habitantes de Antofagasta, de 70 mil de la provincia de El Loa y de 80 mil de Tarapacá”.

*Lic. en Relaciones Exteriores.