NOTA con la banda municipal
Por la calle, por esta calle la luz de la tarde
medÃa las sombras del otoño.
La banda municipal âsin horario conveniente-
regalaba conciertos
con singulares instrumentos de camiones gasolerosÂ
encendidos sin término, carburadores alarmados, alarmas
antirrobos, bocinas y silbatos de celestes
inspectores (que no inspeccionaban nada).
La banda municipal actuaba de 8 a.m.
a veces sin cesar hasta las veinticuatro p.m.
sus conciertos ocurrÃan en dÃas hábiles, sábados por la tarde
y sorpresivos domingos âmañana y tarde-
en medio de la calle,
a la que ahora habÃan dado otra mano
(pero no la del âsilencio (que) es saludâ)
âla naturaleza es sabiaâ (insistÃan):
si bien en ocasiones niega la salud y el bien del silencio,
regala en cambio la bella cadencia de los afinamientos,
alarmas y regulaciones, puestas a punto inspeccionadas
por un contrabajo de fondo
que las acompasa y acompaña.
Todos instrumentos de percusión, naftenos y gasoleros,
de la moderna bandita concebida por la Municipalidad
no en parque, sino en cuadra pequeña
para delectación, cultivo y esparcimiento espirituales
de vecinos contribuyentes y resignados
durante otro perfil de la felicidad humana.
(domingo 19 de marzo de 1989. S. Liter. 2ª secc. Pág. II)
Néstor Groppa, Anuarios del Tiempo.
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