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Laura Barberis

Hablemos de política
Internas abiertas, simultáneas y más o menos

Laura Barberis

      Otra vez diciembre; otra vez las Fiestas y el verano con su ilusión de aquietamiento, de que todo queda en suspenso, que después viene Carnaval y que, por cuatro días locos, nos divirtamos todo lo que se pueda. Pero van varias vacaciones, un montón en realidad, en que los ritmos sociales y políticos no se aquietan para nada, al contrario; toda suerte de fragores va avanzando porque hay gente que no se divierte, no descansa, no duerme, nunca tendrán SIDA se imagina por qué. Son los codiciosos, que primerean durante el calor por las dudas. Por las dudas que tienen.
      Pero este verano, para la dirigencia local, codiciosos o no, va a terminar más o menos a mediados de enero. Es que en marzo o abril los candidatos, los pre, los aspirantes, los que sueñan, los que creen y los que los manipulan, los ambiciosos, los soñadores, aún los suplentes, van a tener que salir a la cancha, a la calle, a los medios; a reuniones con el dedo, con los votantes y con los sponsors. A encuentros con los amigos, en roscas cruzadas con el enemigo; todo vale. Entre marzo y abril ya no habrá tu tía.
      Â¿Todos participarán de las internas abiertas y simultáneas? O habrá sorprendentes e imaginativos inventos para pegarle el esquinazo a la ley, costumbre tan argentina, que nadie puede decir que no estamos hablando del más puro espíritu nacional. Seguramente en alguna extraordinaria, o ni bien comience abril, se concretarán mayores o menores cambios -negociados  los que necesiten los dos tercios, aplicados sencillamente los que no- en el Código Electoral vigente. Me estoy preguntando ya a quién beneficiarán y tengo algunas respuestas pero las dejo para el otoño venidero.
      Lo que pasa es que todos quieren todo. Buena parte de los dirigentes quiere aquello que saben que no pueden alcanzar. Que no se lo van a dar. Y que tampoco sabría qué hacer una vez en  el cargo. Pero eso es lo de menos. Ya se sabe: la mejor técnica es pedir la de máxima, de ahí para abajo algo les va a tocar. Así se están moviendo compañeros y correligionarios. La dirigencia, claro.

LA UCR

      A Gerardo Morales es probable que le resulte menos complicado ordenar la tropa ya que, para adentro, su nueva investidura de presidente del Comité Nacional le da toda la chapa y vino a poner rotundo coto -salvo en el caso de Chiqui Álvarez García- a los conatos de rebeldía que en el Bloque de Diputados y en el propio Comité Provincia surgieron este año ante los fracasos de pasadas ententes electorales; el férreo manejo de los fondos partidarios, siempre en manos del Hermano Freddy; cierto autoritarismo creciente que en nada condice con la filosofía que dio origen al centenario partido. Claro está, que un mediano éxito en su función actual, ni siquiera eso, si Gerardo logra que el radicalismo no tenga más pérdidas, si puede ser lo suficientemente hábil para que Lavagna, ave sagaz si las hay, no se burle de ellos finalmente, va a ampliar su espacio y levantar su caída imagen en la provincia a niveles difíciles de predecir en la actualidad. Con el agregado de la instalación automática que produce la presencia frecuente en la TV de Capital Federal.
      Hasta hace pocos días, antes de la reunión de delegados nacionales, prestigiosos dirigentes como Humberto Salum, sostenían públicamente que el senador no podía volver a ser una vez más candidato a gobernador. Pero ahora, claro está, el radicalismo local tendrá que barajar y dar de nuevo. Seguramente Gerardo tendrá que evaluar cuánto va a cambiar la realidad del peronismo sin llevar al actual gobernador como candidato nuevamente. Tendrá que evaluar si vale la pena presentarse de nuevo y fracasar una vez más ante la aceitada máquina electoral del justicialismo jujeño. Pero las piezas en el tablero todavía ni empezaron a acomodarse. Supongo que el poco tiempo que hay por delante, hará que, a último momento, las decisiones se precipiten más vertiginosamente que nunca.       Pero por ahora el senador anunció que, dadas las actuales circunstancias, ya no descarta como hasta hace poco su candidatura a la codiciada Gobernación.

EL PJ

      Claro que Gerardo Morales puede contar con una posibilidad cierta: muchos peronistas están más que hartos del rudo juego que se instaló en los ’90 -y que pervive como si tal cosa- que hace que en el partido de Perón y Evita hoy, en Jujuy, sólo los que tienen plata, mucha plata,  deciden quiénes van a los cargos más importantes y también resuelven a qué cargos va la perrada, o sea los peronistas. Coincido con los dirigentes kirchneristas (ver nota en páginas centrales) que dijeron en la radio que Fellner, ese tema, precisamente ése, lo manejó lo mejor que pudo en medio de las crisis de la provincia, y que lo hizo desde la política. Es cierto, desde la política.
      Pero las cosas van cambiando, la vida se va pasando y hay mucha gente, pero mucha, muy caliente que se está preparando para julio con una de esas estrategias difíciles de parar, porque surgen como respuesta a las largas injusticias; en realidad no son estrategias, es decisión nomás. Daría la impresión por las cosas que se escuchan en casi todas partes que sólo Rivarola y Segura o Jenefes tienen posibilidades de opinar, de decidir, de pelear por lo suyo y lo de sus peones. Sin embargo creo que en la interna del 2007 algunos errores de cálculo -por ejemplo creer que las cosas si pasan una o dos veces, ya son para siempre- llegarán a provocar prometedoras sorpresas en las listas del PJ local. A lo mejor, como pasó otras veces en estos años, Fellner se ponga al frente del cambio que parece venir.
      Esta sociedad nuestra está tocando fondo no sólo en el lento movimiento que se nota en las bases del partido político mayoritario. La mejorías evidentes traen de suyo -así es la naturaleza humana- ansias de más cambios y ante la posibilidad de que el equilibrio sostenido en Jujuy por la forma de conducir del actual gobernador, se pierda cuando ya no esté al frente del Ejecutivo, mucha gente entiende que es hora de empujar por lo menos un poquito a los que lo quieren todo. Por ejemplo, nadie acepta que se lo sostenga a Martiarena y verdaderamente es difícil de entender. Cito las escuetas palabras que me dijo un amigo hace unas dos semanas: “En tres años no arregló nada: ni el transporte, ni las cuestiones de la basura, ni las calles, ni, ni y ni. A pesar de todo puede ganar la interna -con toda esa gente a la que paga convenios eventuales y algunos pocos más- si el resto de los aspirantes no se acercan un poco entre sí”.
      La verdad es que me quedé pensando y me asusta que esa posibilidad sea cierta. ¿Por qué? Porque si Martiarena gana la interna del PJ, el PJ va a perder por goleada las elecciones generales en Capital. La gente, de cualquier nivel social y de cualquier origen político, no le va a perdonar ni a Fellner, ni a Kirchner, ni a los Santos del Cielo, que el delirio llegue a tanto.
      Claro, todos parecemos, la gente común, digo, tan mansos; la violencia queda para la CTA    -dicho sea de paso algún arreglo tendrá para nunca meterse con el destartalado municipio capitalino- somos tan mansos que nos bancamos como si nada que nos expliquen por TV que las calles no tienen ni baches ni pozos, que no hay contaminación, que hay mucho tiempo para llamar a  licitación del transporte urbano, si pasaron tres años de promesas y la gente se la aguantó lo más bien; que la promoción de juicios y otras corrupciones no existen; que la nueva ciudad está a la vista. Claro, al que prende la cámara no le importa, porque el que va a perder va a ser Fellner. El tema da para mucho más y vamos a seguir con él, específicamente, en el próximo número.

VIOLENCIA
      La de la CTA. Ha adquirido ribetes de diván. Me refiero concretamente a los episodios posteriores a la visita de Kirchner, que evidenciaron una suerte de locura en la pelea por los espacios de la calle (y los cuantiosos pesos que se obtienen desde allí); la indignación de los que ganan su dinero (muchísimo menos y con mucho más esfuerzo por supuesto) y la parálisis de las autoridades (y su indiferencia frente a lo que vive el resto de los vecinos de San Salvador de Jujuy).
      Se habla de que nunca están claras las cuentas. Se habla de millones de pesos para las viviendas cuyas rendiciones no existen. Se conocen atropellos delictivos y otros que lo rozan. Se defiende unas inexistentes conquistas sociales con el modelo de las barras bravas. Se ha visto, todos lo hemos visto, a dirigentes obviamente ¿alucinados? conducir a cientos y miles de desocupados en cautiverio.       Â¿Qué va a pasar? El año que viene tiene esta bomba para desactivar.
      Pero bueno, se me acabó el espacio y desde La Revista les deseamos lo mejor de lo mejor a nuestros lectores. Nos reencontramos en marzo. Felices Fiestas.






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