Dennys Ramos Huanca es de Hura Huasi, pueblo en la cordillera boliviana, en la provincia de Inquisivi. Estuvo en Jujuy participando del Congreso de Derecho IndÃgena que se realizó a mediados de octubre. Se define como viajero del territorio andino (al que no le reconoce fronteras polÃticas), videasta, artista plástico y diseñador gráfico, un nexo entre dos culturas. Los entrevistadores lo escuchamos hipnotizados no sólo por su descripción de la cosmovisión andina (con su correlato en imágenes, que también publicamos) sino por su apertura, su humor, por sus ganas de ser escuchado, por su manera de encantar al auditorio de dos (con muchas y ansiosas preguntas), con su gestualidad tan tÃpicamente andina. Esta es la charla que La Revista compartió con él.
-Vera: ¿A qué pueblo o etnia pertenecés?
-Soy de la laya aymara, de Hura Huasi, mi ayllu, que es una sociedad ancestral basada en la cosmovisión amawta, organiza el territorio y la población. En Bolivia las layas más visibles son la aymara, la quechua y la guaranÃ, y la de los españoles (sus descendientes). Cuatro grandes layas. Las layas comparten una cultura común en un territorio contÃnuo o discontÃnuo. Podemos tener una marka en la costa y otra en la cordillera, al otro extremo del continente y sigue perteneciendo a la laya, a la misma nación originaria.
-¿Por qué incluyen a los españoles?
-Porque son una laya aparte, dentro de nuestras categorÃas. Es complicado. Tienen su propia matriz cultural, y sobre ella está construida su identidad cultural y su sistema cultural, lo mismo ocurre con las otras naciones.
-Tabera: ¿Cómo es la relación entre estas layas en Bolivia?
-Las matrices culturales de las layas guaranÃ, quechua y aymara son compatibles, mientras que la matriz cultural hispana entra en contradicción con ellas. Para que la convivencia mejore, para que haya compatibilidad entre matrices culturales, deberÃamos poder configurar un proyecto de civilización plural, nosotros no podemos subordinarnos a la matriz cultural europea, asà como la conocemos; tal vez tendrÃa que evolucionar para llegar a un estado en el que pueda ser compatible con la nuestra. Asà podemos convivir pacÃficamente. La matriz cultural europea entra en contradicción con las nuestras porque éstas están construidas en función a nuestra realidad, mientras que la otra está construida sobre un sistema de creencias, que están disociadas de esta realidad; no se corresponden con ella. Por eso, no coincide con nuestras categorÃas ancestrales, nuestra cosmovisión.
-Vera: Esto pasa con toda la matriz cultural europea.
-SÃ, la instalada en Europa (y luego en América) durante el Medioevo. No tenemos nada en contra de la cultura celta, la Grecia Antigua, las culturas originarias de Europa. Compartimos muchos elementos culturales. Allà el sistema cultural entró en contradicción con su propia matriz cultural originaria cuando nació el monoteÃsmo, de ahà para adelante la cultura europea se hizo verticalista y dominante.
-Tabera: ¿Qué pasa en Bolivia hoy con ese choque de matrices culturales, en el estado multiétnico, con este presidente al que se lo ve con tanta expectativa?
-Eso se va a ir resolviendo a través de las siguientes generaciones. Esta generación que abraza esas matrices va a morir en el conflicto, en contradicción cultural. Es difÃcil cambiar la matriz porque está enraizada en lo profundo del inconciente colectivo, en los arquetipos, en el imaginario colectivo. Desinstalar eso es muy costoso, desde el sistema educativo, desde la comunicación, desde la construcción de otro imaginario y de otro proyecto de civilización; asà se puede ir superando esas contradicciones. Es un proceso de construcción colectiva, entre un sector progresista de la población europea, que reside en el continente, para que abrace un proceso poscolonialista.
-¿En este último tiempo, en el gobierno de Evo, en la Escuela se ha empezado a trabajar este âdesmontajeâ?
-Se ha intentado, pero por más que hay voluntad polÃtica, los principales enemigos son los mismos educadores. No querÃan cambiar lo aprendido. Es complicado, no es imposible, pero no es rápido ni fácil.
-Vera: ¿Nuestra generación (los tres tenemos más de 30 años) puede ser vehÃculo de esa transformación?
-Somos una generación intermedia, de transición.
-Eso en Argentina nos pasa siempre a nosotros.
-Iniciamos el proceso pero no lo vamos a ver terminado, tenemos que poner buenos cimientos.
-Vera: Tanto en el Congreso como ahora en esta charla, tenés un mensaje de evolución. ¿Te sentÃs un chasky, un mensajero?
-En las grandes markas que aglutinan varios ayllus, siempre habÃa alguien encargado de la comunicación, el chasky, que llevaba los acuerdos a los que llegaban las autoridades de los distintos ayllus. Pero ahora, con la comunicación, el teléfono, Internet no es necesario⦠En mi comunidad tengo ese sobrenombre, pero no es una categorÃa que exista, sin embargo soy un nexo entre dos culturas, la urbana contemporánea y la ancestral. Cumplo esa función dentro de mi comunidad.
-Tabera: Es una responsabilidad grande.
-Luego de interactuar con uds. aquÃ, tengo que ir allà e interactuar en los mismos términos que los abuelos, de hace 10 mil años.
-Vera: ¿Cómo te llevás con esta función, con este acercamiento a la vida âoccidentalâ, a lo urbano?
-Soy artista plástico, a nivel urbano, es un lugar en la sociedad urbana. Pero en mi comunidad no lo soy, porque las artes plásticas no tienen mucha función. Allá se practica el textil y la cerámica y no la pintura necesariamente. Como artista plástico no tengo empleo en la comunidad. En mi comunidad soy el filmador, o sea, he logrado dominar un poco esto de la tecnologÃa, tengo una camarita digital japonesa, con la cual filmo las festividades de nuestra comunidad, las edito y las difundo a través de los dvd. Allá todos tienen lectores de dvd y televisores. Se ven a ellos mismos en las fiestas. Prolongo la memoria de la festividad. Ese es mi rol en la comunidad, conservar la memoria festiva de la comunidad año tras año. Al final de la siembra tenemos nuestra fiesta principal, en la que pagamos a la Pachamama; dura cuatro dÃas, y es la más importante de nuestra comunidad. Mi misión es documentarla y que esté disponible para la comunidad todo el año en formato digital.
-Tabera/ Vera: Es muy interesante, en los modos de conservación de la memoria de los pueblos ancestrales introducÃs la tecnologÃa. ¿Cómo se llevan con la tecnologÃa?
-Los abuelos de mi comunidad también compran los dvd. Puedo contener el lenguaje audiovisual en el formato digital, mientras que la oralidad puede contener un hecho en el canal sonoro, pero carece de lenguaje visual. La tecnologÃa me permite comunicar los hechos en lenguaje sonoro y visual, tal como fueron. Es funcional.
-Vera: Ven lo que ve tu ojo. ¿Tenés formación en esta disciplina?
-SÃ, he hecho cursos y manejo varios programas. Soy un comunicador, un comunicador indÃgena, con mi cámara. Lo que hago se adapta a nuestros códigos. Si lo hiciera otro muchas cosas no tendrÃan interés para nosotros. Filmo las cosas que son interesantes para nosotros y omito las que no, que tal vez fueran interesantes para otros.
-Tabera: ¿Tenés buen raiting, están conformes con tu âojoâ?
-SÃ, anualmente tengo un tiraje de unos 500 dvd dentro de la comunidad, donde viven 200 familias, pero también vienen de los centros urbanos y se llevan mi trabajo. Y además, hay otras comunidades que quieren conocer nuestra fiesta, saber. Y siempre averiguan cómo fue la fiesta en el ayllu y buscan el dvd.
-Vera: Volviendo a tu rol, a esta âdoble vidaâ entre lo urbano y lo ancestral, ¿cómo lo llevás?
-Estoy procesando la realidad urbana, metabolizándola para retransmitirla en mi comunidad. Es curioso porque allà soy el tipo más tecno, y a nivel urbano soy un âartesanoâ.
-Tabera: Ahora estás en Jujuy filmando videos, ¿vas y venÃs siempre?
-Mi territorio es bastante amplio, recorro todos los Andes. Para mà no extraño recorrer grandes distancias. No me reconozco dentro del estado y de la delimitación geográfica y polÃtica de Bolivia. Me reconozco como un ser andino. Mi hogar son los Andes, es tan amplio. Y me muevo en todas direcciones; por eso también vengo por aquÃ, por el Qollasuyu. Mi espacio de vida es bastante amplio. No me asumo como un ciudadano boliviano limitado a la geografÃa de un paÃs. No lo acepto. Me reconozco en un territorio cultural más extenso (Ver recuadro), como parte de esta realidad.
-En estas recorridas, ¿encontrás gente que asume como vos esta pertenencia territorial más amplia al mundo andino?
-Estamos construyendo un nuevo tejido social a través de los Andes, con una juventud y una sociedad andina contemporánea emergente: el ser andino, un ciudadano andino. Y tal vez, más allá de eso, habitantes de este continente, empezando a superar esto de la demarcación del territorio.
-Vera: ¿La unión, la evolución, pasa porque no existan fronteras? Y detrás de eso, ¿el territorio desde tu concepción tiene lÃmites precisos?
-Son lÃmites administrativos, nada más. No tenemos pasaporte. La diferencia que más se siente, cruzando Villazón, son los controles en Tres Cruces, en Humahuaca, en Purmamarca. Llegas aquà y como hablas raro, la cana te interpela. Y cuando vos pasas de Villazón al otro lado, nadie te molesta. Te dejan circular en paz. Es una diferencia cultural que tiene que ver con la concepción de la identidad y del territorio. Tenemos un proyecto polÃtico para el continente, que consiste en ir retomando nuestras tecnologÃas de organización social, cultural y polÃtica. Tenemos las categorÃas que corresponden a cada escala geográfica, abarca el continente y todo el planeta. Queremos ir reconstruyendo estas categorÃas, que tengan relación con las categorÃas occidentales y que puedan coexistir ambas concepciones del territorio: la de los pueblos originarios del continente y la de los pueblos migrantes de Europa. Si la población europea en su concepción de pertenencia al territorio, decide que va a conservar las fronteras, éstas tendrÃan que ser válidas únicamente para ellos, y no tendrÃan por qué afectarnos. TendrÃamos que sostener una concepción de pertenencia al territorio y la libertad de tránsito que siempre hemos practicado. HabrÃa que separar estas dos prácticas porque las fronteras son válidas en el ámbito cultural de la población europea, mientras que la concepción de un territorio sin fronteras pero organizado a través de nuestra tecnologÃa de organización social y cultural, propia de los pueblos originarios, deberÃa valer para nosotros, deberÃamos poder tener la libertad de tránsito por todo el continente. Y la europea tendrÃa que tener la libertad de practicar la propia, que consiste en ponerse fronteras.
-Vera: En todo este esquema, ¿qué pasa con las otras layas?
-Todos coincidimos: las fronteras son perjudiciales porque estamos distribuidos en varios paÃses. Por ejemplo, los quechuas llegan hasta Colombia, y las fronteras son una limitación para el intercambio social y cultural. Coincidimos en esta concepción del territorio. En el continente hay cuatro grandes culturas visibles y que conservan su población: nahuatl, maya, andina y amazónica; ocupan más de la mitad del continente. Nuestras fronteras son entrelazadas y abiertas, solamente existen lÃmites administrativos y de organización. Es importante que podamos practicar esto; que podamos tener una población aymara, en Bolivia por ejemplo, y que exista la continuidad de esa laya a través de cualquier lugar del continente. Y nos podamos trasladar libremente. La laya es un concepto âmás avanzadoâ que el de nación (el clásico europeo) que se define por un territorio continuo, mientras que para nosotros la población que tiene una cultura común (laya) puede habitar un territorio continuo o discontinuo en el continente, en el planeta, en el sistema solar. La geopolÃtica indÃgena tiende a esto.
-Vera: Si bien estamos en un estadio inicial de debate de todo esto, los que proponen -y de distintas maneras, desde un diálogo como este hasta el activismo- son uds., y los que nos tenemos que adaptar somos nosotros, los que venimos de otras partes. A la vez, teniendo en cuenta las modificaciones de las leyes, podemos decir que se está produciendo un cambio de paradigma; y frente a todo esto, está el estado y sus gobernantes que no saben qué hacer. Los argumentos de los pueblos originarios no tienen fisuras, mientras que los del estado argentino sÃ.
-Partamos de la idea de que nosotros tenemos una metáfora para aludir a la totalidad, en ella está instalada nuestra cosmovisión, integral, allà se sintetizan nuestros paradigmas. Estamos esperando esa adaptación de la cultura europea. Las concepciones de territorio, el calendario, etc. están en el marco de la cosmovisión, de la concepción de tiempo y espacio. Es fácil concebir nuestro tiempo y espacio y actuar de manera coherente con esto.
-Tabera: En el Congreso presentaste la láminas con el Calendario Qolla, ¿es parte de tu tarea como nexo de mundos?
-Lo vi como una herramienta necesaria para ir reinstalando el concepto de tiempo en el hemisferio sur, que no es igual al del hemisferio norte. Para esto, tomé en cuenta aspectos que tienen que ver con la astronomÃa, con los ciclos de la naturaleza, son universales para todos los seres vivos y las culturas. No es muy difÃcil actuar de manera coherente con esto. Sà es muy difÃcil actuar de manera incoherente y por eso el Calendario Gregoriano requiere de muchas más explicaciones y argumentos históricos y polÃticos que el nuestro. Y aún asà no tiene coherencia con los ciclos de la naturaleza y el espacio sideral. Es un calendario solar, lunar y agrÃcola. El año se estructura a partir de su inicio con el solsticio de junio. Ahà están las cuatro fiestas solares: Inti Raymi 21 de junio, 22 de septiembre con el Qoya Raymi, el 21 de diciembre el Qhapaj Raymi y el 21 de marzo el Pawkar Raymi.
-Tabera: ¿Qué pasa en tu pueblo con este Calendario?
-Conviven entre este calendario y el otro. Aplican algunos elementos de este. En Bolivia toda la gente hace su primer viernes de coa. Cada mes la gente agradece a la Pacha por los favores y le solicita un mes más próspero. En todos está instalado la ritualidad y el culto a los ciclos del tiempo. Se hace el primer viernes del mes, incluso lo hacen los católicos y los evangelistas. Todos rinden culto a la Pacha. Y al otro dÃa van a sus iglesias.
Â
-Vera/Tabera: Esta importación del Calendario Gregoriano nos dejó al revés. Además, por ejemplo, en el campo, se tiene mucho en cuenta los ciclos de la luna.
-Propongo, para toda la población que vive en el hemisferio sur, tener un proyecto de civilización con su propia concepción del tiempo y el espacio. Y punto. Para nosotros el primer dÃa del mes es el de la luna nueva. Hasta el cuarto creciente serÃa una semana, hasta la luna llena dos semanas, cuarto menguante otra semana y la última semana se completa el ciclo lunar. Creo que los hermanos europeos pueden seguir conservando sus viejos mapas, pero es necesario que nosotros reubiquemos nuestro territorio en función de nuestros puntos cardinales y siderales.
Continente Pusi Inti Suyu
Acerca de la tecnologÃa de organización geopolÃtica, estos son algunos textos que el entrevistado ha facilitado para su publicación.
Población del continente
Los últimos 4.000 años consolidamos las bases de una geopolÃtica para el intercambio y la convivencia en la diversidad. Se estima que antes de la invasión europea el continente Pusi Inti Suyu estaba habitado por más de 90 millones de personas. 10 millones en lo que hoy se conoce como Norte América; Estados Unidos y Canadá, 30 millones en México, 11 millones en Centro América, 445.000 en las islas del Caribe. 30 millones en la región de la cordillera Andina y 9 millones en el resto de Sur América. En el presente el continente tiene una población cercana a los 800 millones de habitantes, de los cuales una mitad 400 corresponde a Sur América. La mitad de esta cifra 200 millones a los habitantes Andinos y los otros 200 al Brasil. La lógica geopolÃtica colonial aplicada en los últimos cinco siglos ha provocado graves problemas a todos los habitantes y principalmente a los Pueblos Originarios, mutilando sus territorios naturales con fronteras artificiales excluyentes, que dificultan la convivencia y libre tránsito de seres vivos. (Cifras: Biblioteca de consulta Encarta).
Población andina
Es necesario retomar nuestra territorialidad en el marco de nuestra cosmovisión, ejerciendo una geopolÃtica de respeto a la diversidad cultural, con prácticas incluyentes que garanticen la comunicación, convivencia pacÃfica y libre tránsito. Nuestros abuelos y abuelas se comunicaban en más de un idioma, hoy las lenguas originarias más habladas son el Jaqi Aru (Aymara), Runa Simi (Quechua) y GuaranÃ. Debido a la incursión de la corona española durante la colonia, también aprendimos a comunicamos en español.
Los actuales paÃses Andinos estamos compuestos por una población superior a los 180 millones de habitantes, de los cuales dos tercios corresponden a pueblos y culturas de los Andes y la Selva Subandina, cuyos descendientes tenemos masiva presencia en las ciudades de las costas del PacÃfico y Atlántico, además en las ciudades capitales. El otro tercio corresponde a pobladores de origen europeo, latinos, hispanos y mestizos, con un número importante de afrodescendientes, que radican en las grandes ciudades, en islas y costas del Caribe. El Inkario y la corona española colapsaron sin poder unificar nuestro continente. Los actuales estados coloniales ignoran o minimizan nuestra existencia cultural. En el futuro nada podrá contener la concreción de un orden geopolÃtico justo y realista que nos una respetando lo que somos.
Territorio
Nuestro territorio continental es un cuerpo cuyos ejes de orientación son los trayectos del Inti o Sol. Para recibir el dÃa nos ubicamos con la vista al Este, los pies descalzos y en contacto con la Madre Tierra, con nuestra mano izquierda extendida al norte y nuestra mano derecha extendida al Sur, de donde proviene nuestra fuerza.
El Pusi Inti Suyu y sus cuatro regiones también conocidos como Sur América, tiene una extensión de 17.819.100 km2 que significan 12% de la superficie terrestre. Su capital geográfica es Quito, por la que pasa la lÃnea ecuatorial. Tiene una longitud de 7.400 km, desde el mar Caribe en al norte, hasta el Cabo de Hornos, al sur. El ancho máximo es de 4.830 km, entre punta Pariñas en el Océano PacÃfico y cabo de São Roque, en la Costa Atlántica. Es uno de los más ricos en recursos naturales y biodiversidad, contiene grandes regiones naturales, pisos ecológicos, ecosistemas y espacios de vida, como desiertos, altiplanos, cordilleras, valles, chacos, yungas, llanos, glaciares, costas, mares, lagos, rÃos y otros. Su actual organización geopolÃtica colonial no considera ni armoniza con estos espacios de vida, regiones naturales y Pueblos que lo habitan.
Territorio andino
Es posible y necesario que en un futuro próximo las Naciones Originarias y Pueblos de los hoy paÃses Andino-Amazónicos de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile unifiquen y reorganicen sus territorios. La superficie en kilómetros cuadrados de estos paÃses unidos serÃa superior a los once millones de km2, representando más de la mitad del sub continente. TendrÃa lÃmites fronterizos temporales por el lado este con los Estados Unidos del Brasil, y al extremo norte el Canal de Panamá.
Este territorio Andino Amazónico, estarÃa conformado principalmente por la cordillera Real de los Andes con más de 7.500 kilómetros de longitud, que comienza en el extremo sur de Chile y Argentina y culmina en la sierra norte de Colombia y Venezuela.
A su vez serÃa el eje vertebral de un solo cuerpo espiritual, social y material que incluirÃa en su recreación todos los pisos ecológicos con acceso a los dos océanos y cuencas hidrográficas del Orinoco, Amazonas, La Plata y todas las que desembocan al Océano Pacifico.
En un futuro, que empieza a construirse ahora, los habitantes y Pueblos ejerceremos soberanÃa sobre el espacio aéreo, islas, superficies y lechos de los mares, recursos naturales, biodiversidad, y también sobre las costas y puertos de embarque, desde el Canal de Panamá hasta Tierra del Fuego y las Islas Malvinas.
(Más información e imágenes en www.qollasuyu.indymedia.org).
|