Eso es lo que deberíamos haber recibido los argentinos, hace algunos días. Muchos aprendieron la lección, otros entre los que se ubica el técnico de la Selección Argentina de Fútbol, lamentablemente no. Maradona, Grondona y compañía siguen derrochando soberbia, no aceptan que alguna vez futbolísticamente nos puede ir mal. Clasificamos al Mundial “Sudáfrica 2010” sobre la hora, arañando, como dirían los viejos relatores, sin embargo no parece que esa angustia nos haya servido de mucho, ni siquiera como una clase de humildad. El entrenador, que priorizó su ego, que también tenía en la cancha cuando era jugador de fútbol, escupió una altanería que particularmente creía que había perdido. En particular por todo lo que él vivió en los últimos años. El Dios que todos creamos, celebramos y defendimos por sus picardías fue mucho más allá, se quiso salvar él. Apenas finalizado el partido contra Uruguay, todos esperábamos festejar la clasificación como un campeonato más, pero Maradona con sus declaraciones, las que todo el mundo conoce, se encargó de opacar lo que él mismo, con más errores que aciertos, luchó por conseguir. No voy a negar que cuando se convirtió en técnico de la Selección, pensé que no estaba mal, por todas sus vivencias, lo que fue como jugador, las alegrías que nos dio, el fútbol que le brotaba de ese tobillo inflamado, cuando ni con tackles lo podían parar, pero a esta altura creo que mi opinión fue equivocada. Claro que también ruego pedirle perdón el año que viene, no tendría ningún problema en hacerlo, pero hoy  no veo un futuro con Maradona como técnico. No veo el futuro, no sólo por su falta de planificación e interpretación de los partidos dentro de la cancha, eso debería solucionarse, porque todo técnico tiene derecho a elegir a su cuerpo técnico, también cuestiono su inexperiencia, la falta de chapa de sus colaboradores, sus famosos celos con Bilardo, el técnico que lo sacó campeón en el 86’, cuestiono sus contradicciones que pueden ser contempladas por todos los problemas que por esa cabeza han transitado, pero en especial cuestiono la falta de humildad. Maradona, técnico de la Selección Argentina, una de las más importante del mundo, no puede brindar una conferencia de prensa, devolviendo munición gruesa porque las famosas Dalma y Gianina le comentaron tal cosa. A esta altura debería dejar que sus hijas hagan su vida y dedicarse en serio a dirigir, a ver videos y seguir a cada uno de los jugadores argentinos que tienen posibilidad de jugar el mundial, debería callarse y no ensuciar lo lindo que es para los argentinos estar en un mundial, si la mayoría de los argentinos festejamos hasta un campeonato de bolillas, con un triunfo nos olvidamos de todo lo anterior, porque somos así. Nos creemos los mejores y hay veces que nos superan. Por eso ésta era la posibilidad única de Diego para reconciliarse con la gente, porque aunque los insultos fueron a los periodistas, el hincha también se sintió dolido. Se te fue la mano Diego y esa tremenda incertidumbre que tenemos todos ahora, debería haberse cortado con la clasificación a Sudáfrica, al fin y al cabo nadie iba a decir nada, si como sea ya estamos en el mundial. Pero la soberbia pudo más y no es de Diego solamente, algunos dirigentes, siguen pensando que con su chapa de “Don”, solucionan todo y entonces por esa famosa cintura política Don Julio sale a respaldar al entrenador con la fanfarrona diplomacia que lo caracteriza, “hay que entenderlo siempre fue así”, pero esta vez no hay justificación porque Maradona es el técnico de la selección. Pensar que estuvimos a punto de quedarnos afuera de la máxima competencia futbolística que los argentinos valoramos más que a nuestra propia vida, y a pesar de todo logrando el objetivo, el gran DT sigue abriendo la herida. Sin embargo las palabras de Maradona no deberían tapar la actitud de los muchachos argentinos en el último partido, sin demasiados planteos ellos ganaron con garra, pala, pico, amor propio y actitud, faltó fútbol es cierto, pero hubo picos altos de hombres que transpiraron la camiseta y la llevaron bien puesta. Pero todo se derrumbó cuando terminó el partido en la arenga contra los periodistas, la que provocaron los “sidieguistas” Mancuso y Lemme, desagradecidos ayudante de campo de su amigo Maradona, que los acomodó inmerecidamente en un sitio que debería ser de privilegio y ni se comparan a colaboradores de lujo como Gallego, Merlo o Sabella.
      Antes la mayoría de los futboleros te defendíamos Diego, gracias a ese gol maravilloso contra los ingleses que ubicó a Víctor Hugo Morales como el relator número uno de la Argentina, con el famoso barrilete cósmico, todavía nos queda en la mente ese mundial México 86 que lo jugaste a muerte y gritamos tus goles desde La Quiaca hasta Ushuaia. Pero esta vez no podemos ser tus cómplices, esta vez te equivocaste Diego y lamentablemente la soberbia no permite que vuelvas a bajar esos escalones que hasta hace poco ocupabas por tu lamentable adicción. Todos creíamos que habíamos recuperado a un ídolo, que la Selección volvería a ser de la gente y que los globitos celestes y blancos adornarían más que nunca los estadios argentinos. Se viene el Mundial, Argentina entró a los ponchazos pero está en la cita máxima del fútbol mundial, ojalá Diego Maradona se ponga el saco de técnico de una vez por todas, el equipo lo necesita, no sólo por sus vivencias en las canchas, sino también por el perfil bajo que últimamente volvió a perder, porque no nos olvidemos que cuando Diego asumió como técnico, la mayoría coincidió en que era el momento del diez. Ojalá Diego pueda olvidar y salir cuanto antes del problema con los periodistas para hacer valer algunas buenas ideas que todavía tiene, por ejemplo jugar amistosos en el interior, uno de ellos sería en Jujuy antes del Mundial. Basta de decirle que si a los caprichos del técnico que no llevan a ningún lado y bienvenido sea el protagonismo de jugadores de equipos y canchas del interior que todavía están esperando una oportunidad. Si hay algo que se le tiene que reconocer al intermitente técnico de la Selección, es su anhelo de jugar en el interior y salir del tradicional Monumental, los provincianos se lo reconocemos. Esperamos con ansias ser sede de algún partido amistoso de Argentina y si no se da, con paciencia y humildad, como somos los habitantes del interior, aguardaremos la famosa Copa América, la que tendrá como subsede a Jujuy si los que prometieron, hacer algo para tenerla, cumplen, porque mucho se habla pero nada se hace, sobretodo en Jujuy. La Selección de pocos, hasta ahora, está en el mundial y a pesar de todo, los habitantes del interior esperamos verla, ojala sea con el Diego de la gente y no con el de la soberbia, que no lo deja consolidarse como el hombre más amado del fútbol argentino.

      Ulloa con la selección
      Una vez más el presidente de Gimnasia, Raúl Ulloa, estuvo presente en un hecho trascendente para el fútbol argentino. Así como lo hizo en las Eliminatorias del 98 en Bolivia, Paraguay y en el Mundial de Alemania 2006, otra vez el titular del “lobo” presenció y formó parte de la delegación de dirigentes que acompañó a la Selección Argentina a la gran batalla final frente a Uruguay. Jujuy estuvo presente en la clasificación decía a quien se le cruce, describiendo también su alegría por mensaje de texto a quienes en Jujuy festejábamos la clasificación. No es la primera vez que Ulloa forma parte de una comisión oficial de dirigentes, el presidente de Gimnasia nos contó que lamentablemente le tocó estar en Bolivia, cuando la Selección dirigida por Pasarella perdió en La Paz, partido en el que sufrió un supuesto corte el “jardinero” Cruz. Recuerdo que ese tiempo nos sentíamos más argentinos que nunca, porque la Selección se concentró en La Quiaca por espacio de 20 días para llegar bien al partido que se jugó en el estadio Hernando Siles de La Paz, él que se ubica a 3600 metros de altura. También Passarella había decidido convocar a jugadores de la zona, uno de ellos, otro jujeño ex Gimnasia de Jujuy, Marcelo Herrera, de excelente paso por Vélez y campeón intercontinental con el club de Liniers. Lástima que después el resultado no acompañó. Sin embargo el presidente de Gimnasia, tuvo otras oportunidades para acompañar a la Selección, Alemania 2006 no era una invitación para rechazar y así fue como el dirigente que lleva más de 20 años como titular del club jujeño, palpitó los pocos partidos que le tocó jugar a la Selección Argentina de Fútbol. Sin embargo Ulloa no se rinde y a pesar de que el Lobo bajó a la “B” está invitado por la Asociación del Fútbol Argentino a presenciar el Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, ¿será esta la vencida?