La transformación de la educación puesta en marcha por el gobierno nacional, debe ir âmás allá de los papelesâ, según la dirigente del MORECI, docente y legisladora provincial y nacional mandato cumplido Marta Argul, quien en la radio examinó los aspectos sobresalientes del cambio que debe producirse para lograr una educación âque verdaderamente responda a las actuales demandas de la sociedad argentina.â
-¿Cómo ves los pasos que se están dando en relación a modificar o hacer una nueva ley?
-Me parece auspicioso el momento, porque desde hace mucho tiempo venimos pidiendo un replanteo de la Ley Federal de Educación, cuyo nacimiento fue desafortunado, copiando un modelo que ya aparecÃa en crisis, que ya señalaba necesidades de transformación en los paÃses en que se aplicó y Argentina, por supuesto quedaba un poco rezagada con un proyecto de ley que tampoco se pudo implementar plenamente y que atomizó el sistema. Hoy tenemos tantos sistemas educativos como provincias hay y esto no fue bueno de ninguna manera. Tuve la suerte de estar en el Congreso de la Nación, en el momento en que Filmus se hacÃa cargo de la cartera educativa, ya habÃamos pedido desesperadamente desde la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados que evaluáramos seriamente el avance de la Ley Federal, de manera que pudiéramos tener la clara determinación de los aspectos que habrÃa que modificar para hacer la ley más eficiente.
-¿Y qué pasó?
-No era el momento polÃtico. Pero bienvenida sea ahora esta propuesta del presidente Kirchner que abre otra posibilidad de discusión para empezar a transformar la ley. Ciertamente, que me llama la atención la rapidez con que se quiere implementar esta consulta, que es muy seria; un debate que debiera ser muy amplio y no solamente con la gente de la educación sino también con los sectores de la producción, del trabajo, los padres, que realmente tienen mucho que decir; las organizaciones sociales, los funcionarios, etc.. No se puede pasar por alto ni tomar a la ligera ningún aspecto.
A mà me parece que el tiempo es insuficiente, a menos que -y esto es nada más que un prejuicio- que los cambios ya estén cocinados en los lugares de poder y se esté jugando al como si para tener el marco respaldatorio y decir: esto surgió por decisión de todo el pueblo. No obstante, vale la pena opinar sobre el sistema educativo. La implementación de la ley fue vertiginosa y con tan pocos avances en el tiempo. Ahora las cosas deben ser claras, precisas con una transformación que vaya más allá de los papeles.
-¿Qué es lo más grueso, lo prioritario a modificar?
-Los problemas en educación no son exclusivamente causa y consecuencia del quehacer educativo, de la desorganización del sistema; van mucho más allá. Vienen de una sociedad que está profundamente en crisis, de una familia que ha sufrido los impactos del modernismo, y que por supuesto también se traduce en el acompañamiento que cada familia pueda hacer a sus hijos, en la posibilidad de restablecer ese vÃnculo que hoy está roto entre la sociedad y la educación, que es notable y absolutamente cierto. Por otra parte, la crisis económica incidió terriblemente porque no podemos desconocer la cantidad de chicos que vienen arrastrando, si bien con algunas mejoras ahora, una alimentación inadecuada, falta de recursos mÃnimos; la desocupación de los padres que, lamentablemente, ha marcado a fondo a escolares y estudiantes.
-Gente de distintos partidos polÃticos y especialistas en educación señalan que en la larga crisis, la escuela es una de las pocas instituciones que quedó en pie; sobre todo la primaria. ¿CoincidÃs?
-Absolutamente. Con todos los inconvenientes que hay, el hecho de que por lo menos puedan estar en la escuela, aprender la alfabetización básica, conocer el pasado histórico, relacionarlo con los hechos actuales, es un punto importante. Ahora, ¿qué habrÃa que cambiar? Contar con mayores recursos es básico, pero no sólo es tener más plata. Hay que ver que lo que se tiene, se utilice eficiente y eficazmente para que se den pasos certeros. Veo con desazón cómo en este momento, pareciera que el ministerio de Educación se convirtió en un lugar totalmente burocrático, con muchos cargos para dar, muchas horas cátedras que se destinan a otra cosa y se habla de lo que se invierte en educación, de la relación docente-cantidad de alumnos, de cuántos docentes hay que son muchos más de la mÃnima expectable. Es clave hacer este análisis. Lo que realmente creo es que en Jujuy hace falta un ministerio de Educación dedicado plenamente al hecho educativo.
-El gobernador dijo que primero hay que hablar de qué educación queremos y después hacer un ministerio. ¿Cuál es tu opinión?
-En teorÃa, si. Me parece que el debate sobre la Ley Federal debiera enmarcarse primero en una definición clara de qué modelo de paÃs queremos y a partir de eso, qué tipo de educación se necesita para acompañar a ese modelo. Hoy estamos funcionando en una estructura de gobierno que no es la prevista en la Ley General de Educación de la Provincia, que ha surgido por decretos y resoluciones del ministerio de Educación en su momento y del Ministerio de Gobierno, Justicia y Educación hoy. Pero los hechos nos llevan por delante. Tenemos que definir qué educación queremos pero también cómo nos organizamos para que esa educación sea posible. Nunca se reglamentó el gobierno educativo ni se aplicó. Escuché hace poco que el hecho de no haber reglamentado una ley pueda dejar de lado todo lo que son las obligaciones y responsabilidades legales que puedan devenir.
Para el cambio
âEstamos en un tembladeral legal en cuanto al gobierno de la educación, si bien han surgido decretos que lo respaldan. Pero creo que acá hay una cuestión muy cierta: un ministerio que hoy atiende la cartera de Justicia, de Gobierno y de Educación y que tiene a su cargo toda la problemática de los sectores sociales, no puede, a la vez, estar pensando en la amplia y compleja problemática que es la educativa y que merece un pensamiento permanente y un accionar direccionado exclusivamente a la cuestión educativa, si realmente queremos cambiar.â
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