“Ni nos jugamos; ni nos ubican; ni nos dimos cuenta; ni nos entienden; ni nos importa” Ni nos Fernández.

Es que el conventillo suele desairar a los mediadores.

Así dijo Walter Barrionuevo, que no será Zaratustra, pero no se enoja cuando le hablan de Borges.

Los radicales (gobernadores-Cobos versus Iglesias-Alfonsín) podrían intentar con baba de caracol. Quién le dice.

La misma baba, tan mágica como anuncian que es,  puede ser un insumo útil y barato para mitigar los baches de la Tacita de Lata; claro que habría que poner legiones y legiones de los bichitos. Después dicen que no hay ideas.

Y hablando de moluscos parduscos, dijo el embajador de Bolivia en Argentina que “Ni argentinos ni bolivianos son racistas”.