El impactante proceso político boliviano con Evo Morales a la cabeza, es ampliamente explicado en esta entrevista con el doctor Jorge Echazú, especialista en la cuestión de nación y nacionalidades y ex rector de la Universidad del Alto de La Paz, Román Loaiza, del Movimiento Campesino, el embajador argentino en Bolivia, Horacio Macedo y José María Galli, de la Unidad de Investigación de Ciencia, Cultura y Procesos Sociales en América Latina de la Facultad de Humanidades de la UNJu, organizadora de un encuentro que convocó a numeroso público. Estuvieron en la radio y quedaron definiciones muy claras sobre el gobierno del líder cocalero convertido en el primer presidente indígena de Latinoamérica y enemigo declarado y conciente del modelo neoliberal.

-¿Cómo vivieron el proceso previo a la asunción de Evo Morales, en el que parecía que todo se desquiciaba profundamente, con tantos enfrentamientos y, aparentemente sin ninguna conducción?
-Loaiza: Para nosotros el triunfo del 18 de diciembre ha sido una sorpresa, porque hubo un cambio, que no esperábamos de tal proporción, en los votantes a partir de la toma de conciencia de la realidad social y política de Bolivia. Claro que nuestra campaña no fue de regalos, sino, justamente, de concientización más que todo. Eso quiere decir que nuestros hermanos en otras elecciones eran polvo de los partidos tradicionales, eso creo que se acabó. Teníamos un programa de gobierno muy sólido, consensuado con los sectores empobrecidos del campo y de la ciudad. Como todos saben Evo Morales empezó a cumplir inmediatamente con las promesas hechas en la campaña, como la rebaja de sueldos a los políticos, la convocatoria a la Asamblea Constituyente y lo más importante la nacionalización de los hidrocarburos. Ha habido importantes pasos, claro que la gente que durante 180 años ha gobernado explotando al pueblo, está descontenta en estos momentos y ellos tienen mucha fuerza en el Oriente boliviano. De todas maneras, con más del 85 por ciento de ciudadanos que queríamos un gobierno de los pobres, estamos conscientes y sensibles para ayudar al gobierno y para defender a las organizaciones del campo y de la ciudad;  nos vamos organizando. Inclusive, hace cuatro años, ya habíamos armado un Estado Mayor del Pueblo para defendernos del brazo represivo de la Policía y del Ejército, y ahora estamos institucionalizando a ese Estado Mayor para defender a nuestro presidente en su gestión y para el futuro; también empezamos a coordinar con las nuevas autoridades policiales y militares designadas por el presidente. Creo que estamos sólidos para poder gobernar, de todas maneras es y va a ser difícil.

-En el gobierno de Mesa se tenía la sensación de que el entrecruzamiento de intereses políticos y económicos era terrible ¿Cómo vio usted esa transición?
-Echazú: Quisiera ir un poco más atrás. El triunfo electoral de Evo es una consecuencia de una acumulación que va de muy atrás pero no vamos a remontarnos a la Prehistoria, sino al período del mismo Liberalismo, que es un fenómeno latinoamericano que ha destruido a nuestros países. A  Bolivia la hecho pedazos, le ha deshecho todo el aparato productivo, han sido entregadas las riquezas naturales, ha destruido las instituciones como las universidades y el magisterio, el sistema de seguridad social, etc. Ha creado una crisis muy profunda en el país, la miseria se ha agudizado al extremo. Naturalmente, debía haber una reacción y ésta se ha incentivado, sobre todo a partir del año 2000, con la incorporación de los movimientos sociales principalmente de carácter nacional y de la Nación Aymara como tal y de los pobladores alteños y paceños. Entonces, esta insurrección verdadera de octubre de 2003, ha constituido un triunfo real, donde se quiebra -digamos así- el modelo neoliberal y los movimientos sociales bolivianos en su gran conjunto, deciden cambiar el rumbo de su propia historia. Este es el antecedente fundamental: cae el modelo neoliberal con Sánchez de Losada y se apodera de su gobierno su vicepresidente Mesa, quien había ofrecido cambiar totalmente la situación pero se enreda en lo que podemos llamar la continuación del gobierno de Paz Estensoro, con un barniz más democrático, más amplio, pero indirectamente los movimientos sociales se dan cuenta que no había cambiado nada y que el sacrificio de casi 100 vidas alteñas y otras víctimas de la política neoliberal, no podían quedar impunes. Entonces, se impone la realización de elecciones y el triunfo de Evo Morales es una expresión cuantitativa de algo que cualitativamente ya se había resuelto: la expulsión del neoliberalismo y el proyecto de un nuevo estado. Tenemos en Bolivia la aparición de un verdadero cambio, muy profundo, incluso podemos hablar de un cambio revolucionario. Esa sensación que ustedes tienen de la época de Mesa, de que había en Bolivia la posibilidad de una explosión, es muy realista. Ese peligro no ha desaparecido, porque los intereses trasnacionales pretenden seguir esclavizándonos.
-Galli: Además hay que hacer memoria y recordar como se atentó, de muchas maneras primero y después con el golpe de estado, contra Salvador Allende y el gobierno socialista chileno que había surgido de un muy legítimo proceso electoral. No quiero ser pájaro de mal agüero, y aunque las circunstancias socio políticas de América Latina en la actualidad son muy distintas a las de aquél período, estar muy alertas, no sólo los bolivianos sino todos, puede ayudar a proteger el proceso que se vive a partir del gobierno de Evo Morales.

-Cuando Morales asumió mostró actitudes que parecieron muy maduras e inteligentes. Frente a los enemigos internos del actual proceso boliviano, ¿ustedes creen que hay suficiente madurez en el pueblo como para afrontar con equilibrio cómo se modifican las cosas?  porque no es tan fácil y eso, históricamente, en nuestros países se ha puesto en evidencia de las formas más cruentas.
-Loaiza: Hay una toma de conciencia; es que los bolivianos del campo y de la ciudad han sufrido el azote de la pobreza más que nunca; tenemos mendigos en la calle, muchísimos; niños en la calle, jóvenes en la calle, más desocupados y a consecuencia de la desocupación, el crecimiento de la delincuencia. Entonces, saben todos que los gobiernos del neoliberalismo se han aplazado. Además en un país tan rico en recursos naturales, no debería haber tanta miseria. En consecuencia, la gente quiere apoyar al gobierno, proponerle cosas y ayudar en lo que se pueda. Creo que hay conciencia y eso va a hacer que no haya traiciones. Evidentemente, hay comentarios de desestabilización, de golpe militar-civil y amenazas, incluso de asesinatos a los líderes populares. Sin embargo hay tranquilidad en medio de todo; creo que ven que somos amplia mayoría y que la sociedad está organizada muy sólidamente en sindicatos, confederaciones a nivel de los vecinos indígenas y también de los asalariados, con una Central Obrera nacional y centrales obreras departamentales. También es verdad que ahora somos gobierno pero todavía no tenemos el poder porque la estructura no está hecha para lo que queremos hacer y ser. Felizmente, cuando la Guerra del Gas hemos conseguido la convocatoria a la Asamblea Constituyente y así podremos estructurar otra vez los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial desde abajo y no de arriba hacia abajo. Es una esperanza. Y también decimos: ¿dónde está el pueblo? El pueblo es poder cuando está organizado, entonces es el poder del pueblo el que hará que las cosas cambien. De todo esto están bien conscientes nuestros hermanos allá en Bolivia. Además, nuestro presidente no dice que barrerá con la empresa privada ni con la trasnacional, sino que reconoce a todos, no hay discriminación allá. Mas bien, hay un reconocimiento a todos los sectores y con eso el pueblo está contento y sensible para que pueda gobernar, por primera vez en la historia de Latinoamérica, un presidente indígena, además reconocido no sólo para Bolivia sino para Sudamérica.
-Macedo: viéndolo siempre desde afuera, el desafío estará en el cruce de la Asamblea Constituyente y los referendos autonómicos. Son dos ejes cartesianos de cómo puede ser la Bolivia del futuro y ahí está la suerte de esta experiencia, que es una consecuencia de lo que expresamos antes, que lo lleva al MAS al poder. MAS donde uno aprecia que hay heterogeneidad de ideas, es decir, que debe ser para adentro del MAS todo un debate también. Obviamente, a la Argentina le interesa que a Bolivia le vaya bien.
-Echazú: Es evidente que hay una toma de conciencia muy amplia en Bolivia, El hecho que crezca la popularidad de Morales es una muestra de que hay una conciencia de la necesidad del cambio; no de un cambio superficial sino profundo. Y la garantía de este cambio profundo está precisamente en la solidez de los movimientos sociales, principalmente de la Nación Aymara como tal, de los pobladores alteños, de las barriadas de la Paz, de los campesinos de Cochabamba, de los cocaleros del Chapare, de esas fuerzas sociales que constituyen el nervio y el músculo de este gran y amplio proceso que tiene el apoyo de otros sectores como la clase media y los intelectuales. Estamos frente a un proceso realmente importante y creemos que esas garantías que ofrecen los movimientos sociales han de permitir al gobierno encarar los grandes problemas que hay y los que se vienen, que son enormes. Hay que enfrentar las capitalizaciones, hay que enfrentar una ley de pensiones que viene de las oligarquías. Como planteaba el embajador, el problema de las autonomías, que si bien parecen ser postulados correctos, llevan por atrás contenidos realmente peligrosos para la propia existencia del Estado boliviano.
-Galli: Se ve en eso, especialmente, los más oscuros intereses de los poderes económicos imperialistas, manejando hilos políticos, financieros, a los medios, etc..

-Pregunta un residente boliviano: ¿cuándo se hará algo para evitar que tantos bolivianos tengan que irse de su Patria?
-Loaiza: Estamos a dos meses de gobierno y en Bolivia hasta ahora hubo plata para corromper pero no para solucionar los problemas del pueblo y la gente se va a buscar su futuro en otras partes. De todas maneras, nuestro presidente ha hecho su compromiso en la campaña de acabar con la corrupción, recuperar los recursos naturales y luego bloquear la inmigración. Habrá muchas más fuentes de trabajo. Por ejemplo, en Argentina tenemos más de un millón de inmigrantes y ahora, hay mucha gente que se ha ido a España. Pero tiene que haber solidaridad en Argentina y en otros países con nuestra gente que es tan trabajadora. Con seguridad creo que van a retornar nuestros inmigrantes y no sólo de Argentina sino de España; hay veces que me siento tan dolido por que los españoles vinieron a someternos hace 500 años y ahora, con nuestros pies vamos a que nos sometan y maltraten en su país. ¿Cómo es esta situación? No puede ser.

-Dice otro  oyente que va a pescar a la zona del río Bermejo y siempre sufre malos tratos. ¿Hay alguna reglamentación al respecto para remedir este tipo de problemas?
-Macedo: El problema es una reserva donde hay que pedir una serie de permisos, pero también es cierto que por ahí se dan situaciones con las comunidades locales. Es un ámbito muy complejo para juzgar si se reciben agresiones con causa o sin causa. De todas maneras son cosas que debemos allanar de un lado y del otro.

-Les preguntan: ¿cómo van a solucionar el diferendo que tienen con Chile?; ¿cómo le van a explicar a su gente que será imposible recuperar el mar ya que Chile jamás cedió terreno?
-Echazú: Hay un video que ha sido prohibido en Chile, que muestra un panel en donde opinan una serie de intelectuales y todos sostienen que, evidentemente, hay que buscar alguna solución al conflicto entre los dos países, que había que darle facilidades a Bolivia para las exportaciones, pero intervino un señor de Arica y dijo que la zona norte de Arica, la más pobre, podría ser el paso para encontrar una solución. Incluso dijo que había gente en Arica que enarbola la bandera boliviana. Desde el punto de vista personal, creo que Bolivia debe mantener una postura también rígida como la de Chile. Chile dice que los tratados no se mueren. Entonces, las relaciones no pueden prosperar desde ese punto de vista y planteamos una política de Estado boliviana en la Constitución que plantee la reivindicación marítima. Mientras no haya esto, las relaciones no podrán jamás ser normales como quisieran los chilenos. Al margen de que Chile tenga esa posición, Bolivia también puede tener la suya. Entonces, si esto no se resuelve inmediatamente, pues en el futuro la integración latinoamericana tal vez no pueda llevarse a cabo.
-Loaiza: Primero, creo que tienen que reinar el equilibrio, la armonía, de país a país, además de la complementariedad. Yo acompañé a Evo a la asunción de la presidenta chilena, en un estadio pequeño, nos han esperado no sólo los mapuches sino el pueblo de Chile, urbano y rural, y allá los mismos participantes dijeron: “mar para Bolivia” y eso nos alegró muchísimo a nosotros. Las organizaciones hacemos fuerza. Cuando los habitantes de Chile piensan eso, el gobierno de Chile tiene que sensibilizarse; este problema interno entre Bolivia y Chile tiene que superarse. Chile algo necesita de Bolivia y Bolivia necesita del mar, eso podemos compartir muy bien. Por lo tanto, necesariamente tiene que haber diálogo.

-Y que ustedes les vendan el gas en forma directa...
-Loaiza: Podemos hablar de eso, pero el modelo arruina. En Chile, la actual presidenta creo que va a cambiar las cosas y entonces podremos encontrarnos.

-. ¿Qué va a pasar en Bolivia con la cantidad de dirigentes de las distintas etnias, con la cantidad de dirigentes políticos que se desencuentran aunque tengan los mismos objetivos? ¿Será un proceso a la argentina o ustedes están más maduros?
-Echazú:. Al margen de eso, la izquierda boliviana tiene una tradición muy larga. Entiende que ha cometido un error al no comprender las particularidades de la formación social de nuestro país en otras oportunidades. Ahora está tomando conciencia y creo que hay madurez para interpretar  los momentos que se viven y las posibilidades existentes.
-Macedo: Es difícil englobar el término de izquierda. Por palabras de Evo, él tiene dos estados mayores: uno el pueblo y el otro las Fuerzas Armadas y policiales. Me cae mejor en los oídos que tirar una bolilla que diga izquierda, porque ojo que el MIR era izquierda reaccionaria. Es un análisis muy complejo el de la historia de la izquierda en Bolivia.