La verdad es que hacía mucho que no sentía esa clásica presión por el cierre de una publicación, esa adrenalina por terminar rápido la nota que ni siquiera se comienza a escribir, es una sensación privativa de los periodistas, que gusta y disgusta a la vez, pero qué lindo que es sentirla…en fin, el tema es que justamente estaba pensando qué escribir para esta edición de La Revista y sólo me daba vueltas en la cabeza una palabra: “sensaciones…”

      Sensaciones… esa impresión que produce una cosa, por medio de los sentidos, ese efecto sorpresa ocasionado por algo, o el presentimiento de que algo va a suceder. Y la verdad es que eso es lo que  se ve afuera, en la calle, en la oficina, en el trabajo, en el cafecito de la vuelta, en la plaza, en la panadería, en el almacén…hay una sensación rara y no se cómo describirla.
      Es algo así como si la gente estuviera adormecida, con la mirada apuntando a ninguna parte y sumida en un individualismo que asusta. La agresión a flor de piel, casi chispeantes, “polvoritas”, esperando que algo pase o que alguien diga algo para saltarle a la yugular aunque sea con un insulto.
      Está todo raro, la sensación que uno tiene es justamente esa percepción “rara” de la realidad, como si la vida nos pasara por encima y a toda velocidad sin respetar nuestros tiempos, ¿donde quedó esa parsimonia jujeña? ¿será que ahisito nomás…?
      Todo tiene un porqué, y eso es lo que quiero saber. Será tal vez el adelantamiento de las elecciones lo que nos dejo así, confundidos, porque recién ahora, después de casi seis meses están asumiendo y ya nos habíamos olvidado hasta de sus caras.
      O quizás sea porque lo que escuchábamos hace un tiempo, lo seguimos escuchando, incluidas esas promesas de que “ ya lo vamos a solucionar, estamos trabajando para eso…”, y el trabajo debe ser duro porque esas promesas aún no llegan, y la gente esta llena,  y eso que estamos en pleno siglo XXI, a propósito de eso ¿no era que en el 2000 íbamos a estar viajando en naves espaciales, como los Supersónicos? ¿o viviendo en la luna y de tour por las galaxias? qué feo que nos mintieron…aunque si analizamos las cosas creo que, efectivamente, estamos viviendo en la luna y vemos pasar el cohete espacial pero con cualquier a, menos con nosotros,  llevando a más de uno de viaje con las valijas llenas.
      Â¡Que raro que esta todo! , el 2009 nos deja la gran duda de no saber justamente que es lo que pasa, en la antesala de un 2010 en el que no vislumbra ningún gran cambio en nuestras “sensaciones raras”.
      Y parece que esa sensación no es privativa de la gente común y corriente como nosotros, porque en el poder las cosas están igual, Ministerios que pasan inadvertidos, Secretarias y hasta unas que otras direcciones, que están ahí, inertes.  
      Los cambios y asunciones que escapan a los pronósticos de los más entendidos en la materia. Sectores que van al choque y se repliegan fácilmente. Otros que apuntaban a quedarse con todo y pararon la pelota en medio de grandes jugadas. Renuncias inesperadas. Sensaciones raras ché.
      Lo cierto es que se debe apostar al recambio y los aires navideños suelen ser oportunos porque, aunque no lo admitamos, amansan un poquito, traen ese no se qué que nos da un poco de esperanza, y como solía decir mi abuela, es lo último que se pierde.
      Yo tengo claro en cómo termina este año, “confuso”, así nomás, sin vueltas, sin sorpresas fuertes, con los mismos reclamos que el bolsón, que el aguinaldo, que esto, que lo otro, y con la gran incertidumbre de lo que pueda venir.
      Y el comienzo del 2010, me lo imagino de la misma forma, “reclamos”, “medidas de fuerza”, “previsibilidad que no conforma”, “una cuerda de la que todos tiran pero que nunca se corta”, y la doña y el don que sólo quieren vivir sin sobresaltos.
      Sensaciones… esa impresión que produce una cosa, por medio de los sentidos, ese efecto sorpresa ocasionado por algo, o el presentimiento de que algo va a suceder…, “es solo una cuestión de actitud…” (gracias Fito por el remate)… felíz navidad y un “mas” mejor 2010.