La historia de la humanidad está repleta de injusticias y una de las peores es aquella en que las mayorÃas someten a las minorÃas, ya sean étnicas, religiosas, polÃticas etc.; los ejemplos abundan, desgraciadamente, para confirmar la falta de tolerancia de los hombres contra los hombres.
Quizás en ese rubro las más conocidas son el sometimiento al pueblo judÃo en casi toda su historia, la matanza de armenios en manos de los turcos, la Inquisición en la Edad Media, la conquista de América por los españoles; en el siglo pasado hubo ejemplos terrorÃficos como los que acontecieron en la Alemania nazi, la Unión Soviética de Stalin y la China de Mao. Nuestro paÃs no estuvo ajeno a estas barbaridades, especialmente en la segunda mitad del siglo XIX con la Conquista del Desierto y la aniquilación de los nativos.
Pero también tenemos ejemplos en que minorÃas han actuado con violencia inusitada en contra de las mayorÃas legalmente constituidas y cuyo método de acción es el terrorismo, situaciones como las que suceden en Colombia, en América y el PaÃs Vasco en Europa son buenos ejemplos de lo que aquà afirmamos.
Hasta aquà es lo que la historia nos muestra y conocemos, pero un nuevo fenómeno se está instaurando en muchos lugares del mundo, y es la dominación de las minorÃas sobre las mayorÃas con una violencia pocas veces vista, con la que pretenden imponer sus opiniones por sobre los intereses de la sociedad toda. La metodologÃa que usan son cortes de rutas, asalto a los parlamentos, a casas de gobierno, amenazas, ocupaciones territoriales, hasta se ha dado el caso -como en nuestra provincia- de sitiar a la ciudad capital, cortes de comunicaciones, etc., etc. La constante es no respetar las leyes existentes y actuar por medio de la fuerza, colocando en primera lÃnea a las mujeres y los chicos para evitar que la ley sea cumplida, incluso con órdenes emanadas de la Justicia.
Se han visto casos en que los cortantes de rutas no llegan a una decena sin embargo y a fuerza de la justificación que de estas acciones hacen los polÃticos y algunos medios de prensa, esto se está convirtiendo en una cosa casi habitual en la vida de democracias reales y legalmente constituidas, que, justamente gracias a estas, permiten que las minorÃas se expresen y tengan el derecho de reclamar por sus derechos y, mas aun, exponiendo sus ideas pueden llegar a ser mayorÃas si su causa es aceptada por el conjunto de la sociedad.
Es importante que las minorÃas luchen por sus derechos lÃcitamente, respetando las leyes y tratando de no invadir el espacio de las mayorÃas, ya que el peligro de esta forma de protesta en sociedades donde la democracia hace de la libertad su estandarte máximo, puede provocar que se cansen de ser sometidos a toda clase de atropellos por estas minorÃas y sientan la tentación de volver a épocas de nuestra historia donde las dictaduras y las tiranÃas hacÃan de las suyas.
Lo irónico de esto es que, de acuerdo a las nefastas experiencias de nuestro paÃs, los que salen perdiendo, si esto ocurriera, son justamente las minorÃas, que son, como siempre, los primeros en perder las conquistas que por años de luchas se lograron.
En nuestro paÃs esta realidad está separando profundamente a la sociedad, cada vez son más los que no quieren sufrir cortes de rutas ni de calles, o tomas de lo que sea. Estos están exigiendo también sus derechos de circular libremente por las calles y rutas del paÃs sin que movimientos -que electoralmente no existen- manejen sus tiempos y de alguna forma su vida.Â
En nuestra provincia, los distintos grupos existentes nos tienen acostumbrados a toda clase de desmanes, con la excusa de la violencia a que son sometidos los pobres, y la corrupción de la gente que se apoderó de la polÃtica y de los gobiernos, hacen de esta práctica una constante. Desgraciadamente, la prepotencia, el patoterismo y la mentira de estos grupos, sumado a la gran corrupción existente y el creciente enriquecimiento de estos pseudos dirigentes, está produciendo que la gente reaccione y asà hemos visto la manifestación espontánea que se produjo cuando casi queman la Bandera en la Casa de Gobierno y más recientemente la ocurrida después del asalto que sufriera el Senador Morales en el Colegio de Ciencias Económicas.
La cada vez más crispada sociedad del paÃs y de nuestra provincia está al borde de explotar en cualquier momento, quizás por algún problema menor, pero esta forma adoptada por la minorÃas de violencia social está dividiendo a los pueblos en una forma nunca vista, esperemos que por un lado las fuerza sociales moderen su actitud y por otro lado la Justicia y los gobiernos actúen, de lo contrario los resultados a futuro son impredecibles.
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