El 2009 no ha sido el mejor para el fútbol de nuestra provincia. La mayor parte del desastre se la llevó Gimnasia, adjudicándose el maldito descenso que llegó a mitad de año.
      Los malos resultados acompañaron al equipo desde la anterior campaña, pero este año había que pagar los platos rotos por la falta de goles, errores garrafales, planteos equivocados, resultados merecidos e injustos y arbitrajes desastrosos. Todo eso pagó el Lobo jujeño este año, después de varios campeonatos en primera desde el 2005 hasta el 2009, Gimnasia debió agachar la cabeza y acomodarse en un torneo que no tiene ni la mitad de trascendencia que el fútbol de primera.
      Ahora el Lobo no sólo debe ganarse un lugar entre los mejores sino también hacer una buena campaña para trascender en los medios, pero nada de eso ha pasado hasta ahora. Gimnasia terminó pagando caro su irregularidad en estas 19 fechas,  porque arrancó mal, se levantó, se volvió a caer, otra vez sacó la cabeza del fondo y al final se desdibujó una vez más.
      Los dirigidos por Arzubialde fueron intermitentes, pasando por grandes momentos de fútbol y buenos resultados, pero también siendo protagonistas de partidos chatos, aburridos y sin ideas. El plantel, corto y limitado, no ayudó al entrenador, porque ante la lesión o suspensión de algunos jugadores, el técnico no encontró al reemplazante para cubrirlo. Claras fueron las ausencias de Avendaño, Ramasco, Luna o algún defensor o delantero importante. Cuando estos jugadores no estuvieron, el equipo se resintió notoriamente y cayó en un pozo del que aún le cuesta levantarse. La ausencia que más se sintió fue la de Jorge Luna, porque sin él el equipo no tuvo ideas de juego, y si nos ponemos a analizar no tiene un reemplazante natural que cumpla la misma función. Podemos mirar a Ortega, jugador que hizo toda la pretemporada como enganche o volante, pero nunca tuvo la oportunidad de sustituirlo. También pensamos que Manzano podía ser la solución para cuando no esté Lunita, sin embargo el técnico que decidió que el jugador se quede al principio del torneo, no terminó de darle la oportunidad.  En fin, no ha sido el año de Gimnasia y da la sensación que en la temporada que viene también le costará mucho pelear arriba, porque termina en la mitad de la tabla y a muchos puntos de los líderes, salvo que se haga imbatible de local y pueda enderezarse cuando juega de visitante, porque nadie va a negar que en algunos partidos pudieron sumar de a tres, pero siempre pasaba algo que impedía hacerlo.
      La irregularidad es el mayor problema del Lobo, no ha sabido mantener el equilibrio y aunque lo ha logrado en varios partidos, en otros aparecieron las lesiones o suspensiones que no permitían repetir el equipo, los malos arbitrajes también fueron determinantes, pero el mal mayor es la falta de continuidad en sumar puntos, eso se llama irregularidad. Es primordial pensar que este plantel necesita refuerzos, aunque algunos dirigentes no lo quieran aceptar, el grupo es corto y no tiene demasiados jugadores de jerarquía que puedan suplir a los que actualmente se desempeñan como titulares. Es cierto también que los chicos de los que siempre hablamos pueden ser importantes en el plantel, pero eso será una realidad si el técnico apuesta en serio a los pibes de las inferiores y no cuando sólo necesite que le salven las papas. Arzubialde se la jugó con Ferreira y ganó, ahora el defensor no tiene continuidad, probó con Romero, hizo un gol, es decir que si el entrenador se va a decidir por los chicos que no amague, sino que cumpla con lo que dice “le damos importancia a nuestros chicos”. Si no es esa la solución, insisto, deberán llegar nuevos nombres, refuerzos.
      Saliendo del Lobo Jujeño y su irregular campaña, nos metemos en otra institución a la que tampoco le fue demasiado bien, aunque ésta última no sólo transitó por caminos complicados en lo futbolístico, sino también que atravesó inconvenientes institucionales. De Talleres de Perico también hay mucho que decir, porque el año no arrancó bien en la conducción del Club, que finalmente fue guiado por una Comisión provisoria, la que luego llamó a elecciones y una vez más fue elegido José Luis Benedetto. Los resultados van y vienen, pero el mantenimiento de la institución es lo más difícil de concretar, con dirigentes que tengan ganas de reunirse y llevarlo  adelante, buscando solvencia económica o generación de ingresos. Las recaudaciones de los partidos son mínimas porque los resultados no acompañan y los pocos hinchas que van algunas veces ensucian la cancha. La verdad es que muchos piensan, entre los que me incluyo, que el “Expreso” se mantiene jugando torneos nacionales, gracias a la constancia de algunos dirigentes, el aporte del gobierno provincial (que algunas veces retrasa la ayuda) y el acompañamiento de algunos sponsors, que en realidad son los mismos hinchas que suman una cuota mensual al Club. Por eso la alternancia de Talleres entre el Argentino B o el A, es un verdadero milagro. Este año los resultados no acompañaron, la dirigencia quiso cambiar de nombres, trayendo técnico y refuerzos de otra zona, pero el cambio no dio resultados, Raúl Amarilla, técnico con el que comenzó a jugar el torneo, no duró demasiado. El entrenador no demostró estar a la altura de las circunstancia en un torneo que muchos califican de fácil, pero que no deja de ser competitivo y para eso hay que estar preparado y no quedarse en el tiempo. Creo que ese fue el problema de la elección de Amarilla y de la mano de él, la llegada de muchos refuerzos que tampoco respondieron y postergaron a jugadores de la zona o del mismo club que tranquilamente pueden responderle a la institución. Los resultados mandaron y la dirigencia debió cambiar, apeló a Juan Carlos Barrionuevo y algunos jugadores del club para cubrir el puesto de algunos refuerzos que debieron armar las valijas antes de tiempo. Pero como si Talleres no tuviese problemas económicos y futbolísticos, se le agregaron otros, muy difícil de evitar, por lo menos para esta institución. Si bien lamentablemente la violencia está en todos lados, a Talleres le cuesta mucho más erradicarla, supuestos hinchas metiéndose a la cancha intercambiando golpes, pusieron en peligro al club, que tiene que pagar las consecuencias con quita de puntos y multas de entradas. Dolor de cabeza para dirigentes que no sólo tienen que pensar en lo futbolístico, sino también todo lo que significa jugar un partido en el que sólo abrir las puertas del estadio ya genera gastos.
      Pero si hablamos de violencia, debo decir que la misma no ha sido exclusividad de Talleres; la Liga Jujeña, Departamental, Regional y hasta los torneos de veteranos y profesionales protagonizaron incidentes. En la Liga Jujeña se repitió la historia con Cuyaya, Lavalle, Ciudad de Nieva y Gorriti, pero fundamentalmente con la institución de Mariano Moreno, que fue reincidente en varios partidos no sólo de primera sino también en las divisiones inferiores, categoría en la que los mayores deben dar el ejemplo, sin embargo padres de chicos de Lavalle muchas veces provocaron e incitaron a la violencia, peleándose entre ellos. La violencia es un gran problema que deberá solucionar la Liga Jujeña de Fútbol, porque invierte en adicionales, para prevenir pero después los incidentes se producen igual, porque la misma Policía tampoco actúa, tal cual sucedió en La Tablada entre Lavalle y Gorriti, equipos que buscaban una plaza al Torneo Argentino C. En ese encuentro que luego se convirtió en batalla campal, ingresó al campo de juego un utilero “trucho” que reventó de un botellazo a un jugador de Gorriti, después otro jugador de Gorriti, agredió al árbitro del partido que había parado el partido y al final dio por terminado. Sólo seis meses de castigo para el utilero “trucho” y una que otra suspensión para el jugador, solucionaron el problema. Increíble, pero estas cosas también pasaron este año en Jujuy y la violencia fue el común denominador en varios campos de juego, incluido el de Gimnasia en la primera parte del año ¿ se acuerdan?.  En cuanto a lo futbolístico los equipos de la Liga no llegaron demasiado lejos, en el Torneo Argentino, la falta de presupuesto para los viajes y la contratación de los jugadores influirá siempre y el si el Consejo Federal de AFA, no se hace cargo de eso y aporta alguna ayuda, cada vez será más difícil para un equipo que no tiene una buena sponsorización.
      Párrafo aparte para Zapla y Monterrico San Vicente, equipos que llegaron un poco más que los otros. Los palpaleños de la mano de Horacio Zingariello, se animaron a contratar e invertir más y eso se notó, es más la intención sigue siendo ascender al Argentino B. Zapla estuvo a dos rondas de subir o volver al torneo del que descendió hace algunos años y se vieron en el plantel algunos valores importantes descubiertos por el entrenador quien logró convencer a los directivos que era necesario trabajar con responsabilidad. Por el lado de Monterrico San Vicente, los habitantes del lugar, se convirtieron en los principales inversores de la institución. Cada uno se hizo cargo del pago de sueldo de un jugador y así comenzó la historia, aunque futbolísticamente no pudieron llegar más lejos que Zapla. Nos faltan más representantes en los torneos regionales o del interior.
      Gimnasia no terminó bien futbolísticamente el año y no parece ser candidato al ascenso, aunque la institución se mantiene firme siempre de la mano de Raúl Ulloa. Talleres se debate entre los problemas económicos y futbolísticos y convive con la violencia de algunos que dicen ser hinchas y perjudican a la institución.

      Mucho más esperamos del 2010 para el fútbol nuestro de cada día; aguardamos por la resurrección de nuestros valores, jugadores, técnicos y dirigentes y pedimos que se iluminen más que nunca para revertir la crisis del fútbol jujeño, o si no quiere ser tan trágico, digamos que sólo fue un año malo y de frustraciones.