Desde el 4 de abril, en los cÃrculos de la polÃtica y sus alrededores, se habló mucho del discurso del gobernador Eduardo Fellner con motivo de la iniciación del perÃodo de sesiones ordinarias en la Legislatura de la Provincia. Según la inserción partidaria, se ponderó o criticó los aspectos desarrollados, tanto en función de lo hecho como de lo por hacer en y desde las distintas áreas del estado.
Esta breve nota no tiene intención de hacer ningún aporte, es sólo una reflexión sobre los últimos párrafos del discurso (ver abajo), párrafos que también fueron muy comentados en todos los medios, por tratarse los mismos de, evidentemente, una primera declaración, este año, de Fellner sobre la reforma polÃtica y la reforma constitucional que implican, entre otras muchas cosas, el controvertido tema de la re reelección.
Creo importante destacar para una mejor comprensión del âmomentoâ del tema que, si bien en el acto mencionado, como es de rigor el gobernador habló para los diputados, en realidad planteó la cuestión de cara a la sociedad; una sociedad donde también hay muchos que no lo quieren ni aceptan su forma de hacer polÃtica, pero que coinciden en que se lo necesita por otro perÃodo a raÃz de la forma en que sacó a la provincia de las pasadas vicisitudes y los avances que se van produciendo en interacción con las actuales polÃticas del estado nacional.
Lo anterior no es subjetivo, es la sÃntesis de las últimas encuestas en las que la imagen positiva de Fellner creció hasta superar el 75%, que es coincidente con lo que se percibe en la calle y, en mi caso, también en la radio. Se advierte, se nota, se huele asimismo que la gente no come vidrio, ya que en las encuestas y en los ámbitos mencionados, los niveles de crÃticas son fuertes; tienen que ver, desde los distintos niveles socio-culturales, con marcada insatisfacción por la falta de acciones o extrema lentitud en diversas y fundamentales áreas del Gobierno; con el casi colapso de la ciudad Capital y con otros aspectos de la actividad oficial, muchas veces por mal y escasamente comunicada. Sin embargo, quienes se explayan y amplÃan sobre los Ãtems señalados, igual dicen que para la provincia es mejor que Fellner esté un perÃodo más.
Ni peronistas ni radicales han demostrado en los últimos años tener demasiada habilidad para âmanipularâ la opinión pública, la gente advierte demasiado rápido adonde quieren llegar, lo que invalida cualquier propuesta. Pero en este tema, con la real necesidad de encarar una reforma polÃtica y constitucional que nos ponga a tono con los cambios y los tiempos -lo que no es opinable, si vamos a hablar en serio- y la cuestión de la re re planteada como está en la población, va a ser muy difÃcil para el Interbloque manejar este tema pivoteando el discurso exclusivamente sobre âlo hegemónico y los atropellosâ o la historia de los Juárez u otros bichos parecidos, sobre todo cuando la inmensa mayorÃa de esos legisladores y otros dirigentes del sector ocupan cargos públicos ininterrumpidamente desde l983 y contradicen su resolución actual sobre la participación y la democracia, habiéndose negado sistemáticamente a bajar el piso electoral.
Lamentablemente es verdad que en polÃtica todo puede ser, pero si la imposibilidad de Fellner de participar de las próximas elecciones se refuerza, es lógico suponer que las cosas se van a poner muy duras en Jujuy y, me parece, que hay que empezar a analizar cada aspecto, cada circunstancia, hacer un poco de memoria corta y mediana sobre infinidad de temas públicos y no tanto, para que la gente tenga más y más claridad de cómo son las cosas. La verdad de la milanesa, que le dicen. Nunca supe si la verdad de la milanesa está en la carne, en el batido de huevo y perejil o en el rebozador. Habrá que empezar a dilucidarla. (L.B.)
LA REFORMA
âEn los últimos dÃas, he meditado mucho acerca de la conveniencia de referirme en este trascendente acto institucional a la reforma polÃtica y la consecuente reforma constitucional. Repasando mensajes anteriores a esta Legislatura, advertà que todos los años expresé conceptos, ideas o anhelos referidos a ambos temas, y llegué a la conclusión que serÃa casi hasta una hipocresÃa eludir la cuestión precisamente en estas circunstancias.
âMuchas cosas han cambiado en este paÃs en los últimos tiempos y también muchas cosas han cambiado en Jujuy. Aquel proyecto de Ley que en el año 2002 remità a la consideración de esta Cámara pidiendo se declarara la necesidad de reforma parcial de nuestra Constitución ha quedado, a la luz de estos cambios obviamente desactualizado.
âA la estabilidad polÃtica e institucional que entre todos supimos recuperar dejando atrás un ominoso pasado, hemos sabido agregar previsibilidad en el manejo de los asuntos públicos. Pese a los escarceos propios y hasta rutinarios, creo sinceramente que gozamos hoy de una convivencia polÃtica que permite el diálogo por sobre todas las cosas y particularmente sobre las cuestiones de fondo y las polÃticas de Estado; todos los sectores sociales van encontrando la forma de hacer escuchar sus necesidades y reclamos sin recurrir a la violencia o intolerancia de otros tiempos. Se vienen generando en Jujuy inversiones que marcan récord en infraestructura básica para el desarrollo económico, la mejor calidad de vida y la dignidad humana; se van abriendo caminos importantÃsimos en la vinculación regional e internacional por impulso del sector público y privado que permiten vislumbrar un futuro mas próspero en la región. Los jujeños hemos logrado recuperar espacios en el concierto nacional y nos sentimos capaces de ser protagonistas por nosotros mismos.
âPrivilegiando el diálogo, como siempre lo hice, buscando el consenso con todas mis fuerzas, y avanzando aun con el disenso que ayuda a construir, busquemos definir juntos, como tantas otras veces lo hicimos, cuáles son los temas que merecen incluirse en el debate social y la consideración pública con el objeto de reformar nuestra Constitución.
âDebatamos la educación que queremos, sin tener que copiar o seguir otros modelos; establezcamos reglas para un uso racional de nuestros recursos naturales; la reivindicación histórica para con nuestros pueblos y comunidades originarias; la protección del patrimonio cultural y la biodiversidad; el derecho de la familia jujeña a un terreno o vivienda propia; establezcamos nuevos mecanismos para la selección, designación, juzgamiento y remoción de nuestros jueces y magistrados, un régimen municipal que represente la necesidad de los pueblos.
âDiscutamos las reelecciones y limitaciones de los mandatos en los cargos públicos y acordemos tantos otros temas que seguramente habrán de surgir del aporte de los distintos sectores.
âSin temores ni prejuicios, sino con la convicción que es una oportunidad para adaptar, con decisiones fuertes, valientes pero meditadas, nuestras normas jurÃdicas fundamentales a los actuales principios y realidades que patentizan un nuevo paÃs y una nueva provinciaâ.
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