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Eduardo Araníbar

Lorca: Dejad el balcón abierto

Se cumplen siete décadas del fusilamiento del poeta
y dramaturgo español Federico García Lorca

Eduardo Araníbar


      Fue el miércoles 19 de agosto de 1936. Víctima del fascismo caía fusilado en Granada Federico García Lorca, autor de “Romancero gitano”, “La casa de Bernarda Alba”, “Doña Rosita, la soltera”, y tantas obras de la mejor literatura. Para explicar las circunstancias del asesinato  de García Lorca tendría­mos que analizar los antecedentes de la sublevación militar granadina nacionalista y la brutal represión que le siguió.
      La posición comprometida con la causa republica­na y decididamente antifascista del poeta andaluz, era conocida no solo en toda España. En junio de 1936, Federico declara a la prensa madrileña que en Grana­da “se agita actualmente la peor burguesía de España”. Sus palabras no pasaron inadvertidas, por el con­trario: fueron prolijamente registradas por los nacio­nalistas granadinos que veían en García Lorca a un “agente soviético”.
      Tal vez, el mayor error estratégico de García Lor­ca consistió en abandonar Madrid para dirigirse a Granada el 16 de Julio (un mes antes de su asesinato). Por ese entonces estalló la sublevación a partir de la cual los nacionalistas muy pronto se hicieron fuertes en Viznar.
      Su familia vivía en la Huerta de San Vicente, en las afueras de Granada. Federico había nacido cerca de allí, el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros. En la Huerta de San Vicente vivían sus padres: Federico García Rodríguez, hacendado, y Vicenta Lorca, maes­tra, junto con sus hermanos Francisco, Concha e Isabel. Al poco tiempo -como era de suponer- Fede­rico comenzó a ser buscado por las huestes oficiales. Tuvo que huir de la soleada quinta familiar. Recorde­mos que por ese entonces España estaba dividida geo­políticamente en dos zonas: una “nacional” que, obviamente, le era adversa pero justamente en la que se encontraba, y otra zona llamada roja, dominada por los republicanos.
      Lorca llamó telefónicamente a su amigo el poeta Luis Rosales para pedirle asilo en su casa. Acotemos que el prófugo podría haber optado por dirigirse a  “zona roja”, con la alternativa del exilio (opción de Antonio Machado, entre otros). Sin embargo, Federico eligió la hospitalidad de los Rosales en una residen­cia situada a menos de trescientos metros del cuartel general de las  fuerzas que lo buscaban afanosamente todos esos días. En esa casa ocupaba un piso totalmente independiente del resto de la edificación (calle de Angulo N° 1); allí permaneció unos diez días. Fue el último error de       Federico García Lorca. ¿Se trató de una actitud desesperada, acaso suicida o infantil?
      Sin duda Federico seguía siendo un niño: “¿Mi vida? ¿es que yo tengo vida? Estos mis años, todavía me parecen niños. Las emociones de la infancia están en mí. Yo no he salido de ellas. Contar mi vida sería hablar de lo que soy, y la vida de uno es el relato de lo que se fue. Los recuerdos, hasta los de mi más alejada infancia, son en mí un apasionado tiempo presente”.
      En el invierno 1916-1917 escribió sus primeros versos. Un amigo suyo que estuvo residiendo en Suiza una temporada y con el que mantuvo una fluida correspondencia, le escribió con letras grandes : “¡Federico, eres un poeta. Debes escribir versos! Envíame los primeros que hagas!”. Su amigo había descubierto en las cartas de Federico la poesía subyacente. Los primeros versos de García       Lorca fueron: “Cigüeñas musicales, / amantes de campanas. / ¡Oh, qué pena tan grande / que no podéis cantar!. . . /¡Oh pájaros derviches / llenos de soñolencia...”.
Habíamos quedado en que el autor de “Yerma” estaba en casa de los Rosales. Para colmo de su infortunio, en un momento dado, al no encontrar los Escuadra Negra rastros de Federico en la huerta, y ante  la negativa de la familia de revelar su paradero, los nacionalistas ya se llevaban al padre de Federico con incierto destino. La intervención de la hermana del poeta, Conchita, dio a los milicianos el paradero de su hermano. Se vio obligada ello. Las horas del poeta estaban contadas. El 16 de agosto de 1936 por la tarde y en medio de una operación oficial de considerable envergadura, Federico fue detenido. Ramón Ruiz Alonso, adscripto al gobierno civil y hombre de neta actuación fascista, dijo en una charla radiofónica que se difundió el mismo día que asesinaron al gran poeta: “Las gargantas de los traidores serán ahogadas en su misma sangre”. Con rabia y vehemencia,  Ruiz Alonso fue desgranando sus conceptos en el programa “Proletariado español, escuchad”. Ramón Ruiz Alonso fue el artífice de la denuncia y posterior detención y muerte de Federico García Lorca. Sobre sus hombros pesa la desgracia de haber “fusilado a la poesía”.

      Â¿Y qué pensaba García Lorca de la poesía? “La poesía es algo que anda por las calles. Que se mueve, que pasa a nuestro lado. Todas las cosas tienen su misterio , y la poesía es el misterio que tienen todas las cosas”.
      Federico García Lorca no fue, desde luego, el único muerto en la desenfrenada arremetida del fascismo. Ese mismo día, es fusilado su cuñado Manuel Fernández Montesinos, alcalde socialista de Granada; fue otra de las víctimas, uno más de los miles que cayeron contra las tapias del cementerio municipal de Granada. Allí quedaban apilados los cuerpos hasta que más tarde llegaban los sepultureros. Ahí cayeron acribillados catedráticos universitarios, concejales, abogados, médicos, maestros, obreros y todo aquel que no comulgara con la ideología de lo que sería el basamento político del “Generalísimo”. A propósito, finalizada la guerra, Francisco Franco le dijo a un periodista norteamericano que lo reporteaba: “Murió en una refriega de gitanos”. Como se sabe, García Lorca no era gitano. Pasado algún tiempo, con bases de la Unión en España y, sin duda , convencido de que había dicho un disparate declaró a otro periodista: “Lo mataron por error”.

      Pero no es por “error” que Federico se  dedica al teatro. Escuchémoslo: “El teatro fue siempre mi vocación. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo se les vean los huesos, la sangre. Han de ser tan humanos, tan horrorosamente trágicos y ligados a la vida y al día con una fuerza tal, que muestren sus traiciones, que se aprecien sus olores y que salga de sus labios toda la valentía de sus palabras llenas de amor y de ascos”.

  • -¿Federico, y a pesar de todo, se ríe usted ahora? (le preguntamos en este reportaje imaginario , pero en el que  volcamos palabras que Federico dijera realmente algún día)
  • -“El que quiera hacerme daño pierde el tiempo, porque esas cosas las olvido enseguida. Una sana risa para todo. Esta risa de hoy es mi risa de ayer, mi risa de la infancia y de campo, mi risa silvestre que yo defenderé siempre, siempre hasta que me muera”.
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  • -¿Y si se muere?
  • -“Ya tengo mi despedida, se llama El Balcón, escuchadla:

 

“Si muero
Dejad el balcón abierto
El niño come naranjas
(Desde mi balcón lo veo)
El segador siega el trigo
(Desde mi balcón lo siento)
Si muero
Dejad el balcón abierto”.

 

 

Sus obras más conocidas:

POETA EN NUEVA YORK
En este libro, el poeta recoge en forma de poemas, sus experiencias, durante su estancia en Nueva York.
ROMANCERO GITANO
La luna vino a la fragua/ con su polisón de nardos./ El niño la mira mira./ El niño la está mirando./ En el aire conmovido/ mueve la luna sus brazos/ y enseña, lúbrica y pura, / sus senos de duro estaño.
POEMAS DE CANTE JONDO
Este libro es el producto de su afición por el cante jondo y del concurso que organiza en Granada junto a Manuel de Falla e Ignacio Zuloaga.
MARIANA PINEDA
Mariana Pineda, una joven viuda granadina, es encarcelada en 1831 por haber mandado bordar la bandera que servirá de insignia a una insurrección liberal. Le prometen la libertad si delata a los jefes de esta, pero, al negarse, es condenada a muerte y ejecutada a garrote vil. “Mariana Pineda venía pidiendo justicia por boca de poeta”, dice Federico García Lorca. Y es lo que él realiza magistralmente en esta obra: “Yo he intentado que Mariana Pineda, mujer de profunda raigambre española, cante al amor y a la libertad la estrofa de su vida en forma que adquiera el concepto de universalidad de aquellos dos grandes sentimientos”. Andrés Soria Olmedo, catedrático de la Universidad de Granada, ofrece en su estudio introductorio un precios análisis de todos los elementeos de la tradición popular y culta que Lorca marida con un arte nuevo para producir esta pieza teatral hermosa y conmovedora.
BODAS DE SANGRE
Es un drama de tres actos donde el tema de la muerte y el amor se entrelazan entre sí.
LA CASA DE BERNARDA ALBA
Esta obra de teatro es un drama sobre la vida de las mujeres en los pueblos de España.
YERMA
Poema trágico en tres actos, dividido en dos cuadros cada uno en prosa y verso. 
DOÑA ROSITA LA SOLTERA
Doña rosita la soltera o El lenguaje de las flores fue estrenada en Barcelona en 1935 por la compañía de Margarita Xirgu, encarnando esta gran actriz el papel de la heroína. Doña Rosita viene a ser la comedia romántica de la soltería, encuadrada en una risueña evocación de fin de siglo y del 1900 provinciano.






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