Laura Barberis
Y sÃ, es la época del año que obliga, aunque uno quiera hacerse el distraÃdo, a enumerar lo bueno, lo regular y lo malo que pasó. Viene el verano y después, hacia los fines de febrero empieza todo de nuevo. Por suerte en Jujuy, desde donde yo lo miro, se puede afirmar que a esta altura estamos seguros de que a nivel institucional hay una consolidación cierta; se puede creer razonablemente que se acabó cierta forma de locura polÃtico-social que nos llevó a tanto desequilibrio y que incidió fuertemente en el atraso que vivimos.
Tendemos a olvidamos de la zaranda en la que estuvimos durante varios años y los incendios que tanto costó apagar hace muy poco tiempo. Si algo bueno, realmente bueno, rescato de esta última época, es ese difÃcil avance que tuvimos; pero es como lo de los cloacas, lo más necesario pero más complicado de lograr, no se ve y se deja de analizar, comentar y criticar en cuanto se acaba lo peor de la molestia.
La dirigencia oficialista pondera reiteradamente la obra pública y los logros devenidos de la inusual buena relación con el gobierno nacional, lo que en realidad, como polÃtica de estado es mucho menor que la vuelta a un equilibrio institucional y social logrado en años anteriores, digamos hasta el 2002/3. Quizás porque lo más difÃcil se suele hacer en silencio.
Por supuesto que la obra pública y demás pintan un panorama más prometedor ¿pero hubieran podido ser en aquellas circunstancias cuando la provincia vivÃa el vértigo casi constante de una montaña rusa? A lo que hay que sumar los vaivenes crÃticos y caóticos de ciertos largos, larguÃsimos momentos de la polÃtica y el gobierno nacional. Si alguna tranquilidad podemos tener en Jujuy es que aquello terminó. No es poco.
Lo que viene
El Justicialismo no dejó pasar ni cuarenta y ocho horas después de las elecciones para poner en marcha la estrategia, por lo menos la mediática, en pro de la reforma constitucional. Inmediatamente la Unión CÃvica Radical puso de nuevo sobre la mesa que la Convención Provincial dio mandato a los diputados de oponerse a la misma.
Más allá de cómo puedan âterciarâ los diputados de Unión por Jujuy, más allá de las acciones que puedan implementar los sectores del bloque oficialista que tampoco quieren la reforma, más allá de alguno dispuesto a âabstenerseâ en la futura sesión en cuestión y, sobre todo, más acá de las torpezas de ciertos operadores polÃticos, el tema planteado y lo que en realidad se está discutiendo es la reelección de Fellner, inhibiéndose de entrada la posibilidad de un debate serio sobre lo que hay que modificar en la Constitución y en los códigos de la polÃtica.
El tema es pesado. Sorprende que el peronismo haya perdido tan tontamente el año pasado -sÃ, en el 2004- la posibilidad de intentar con seriedad acordar los temas a tratar en la Asamblea Constituyente. Pero sorprende más que la UCR intente llegar al gobierno proscribiendo al actual gobernador si es que piensa que la gente lo va a votar mayoritariamente. Porque si solamente se tratara de implementar mecanismos para que nadie pudiera ser candidato por más de dos perÃodos consecutivos, la postura radical y de otros partidos de la oposición serÃa lógica y absolutamente creÃble. No quiero terminar el 2005 enumerando los años que hace que un montón de hombres y mujeres de ambos partidos están en los mismos o parecidos lugares ininterrumpidamente. Hay una lógica tan simple en este análisis. Creo que unos y otros tendrÃan que ponerse de acuerdo, decidir que es lo que van a hacer y, sobre todo, pensar un poco qué es lo que ponen en evidencia cuando dicen âreforma sÃâ, âreforma noâ. Porque el PJ, por ejemplo, pone en evidencia que según ellos mismos no hay nadie con carisma y talento suficiente para ser gobernador en Jujuy aparte de Fellner. Y la UCR admite claramente que sólo si Fellner no es candidato tiene alguna posibilidad de llegar al ejecutivo provincial. Querido lector ¿no le da como vergüenza ajena?
Las cosas ...
las otras cosas
SerÃa interesante y novedoso que empezáramos a escuchar algunas ideas para promover trabajo genuino y luchar con mayor creatividad contra la pobreza; que los gremialistas, dirigentes de la protesta social y gobierno terminaran su idilio (o su amor-odio) y resolvieran con métodos e ideas polÃticas las cuestiones. ¿Cómo va a seguir de ahora en más la historia en el Paisaje Cultural? ¿Cómo se puede hacer para crear conciencia en relación al problema de la basura? ¿Cómo se puede hacer para que los partidos recuperen o aunque sea reciclen principios de identidad? Y tantas otras cosas.
Un amigo mÃo me dijo hace poco âlamentablemente en polÃtica, entre lo mejor y lo conveniente, la mayorÃa de la veces hay que optar por lo convenienteâ. Ojalá eso también cambie, aunque sea un poco, un poquito.
Pero en definitiva estamos en diciembre y La Revistava para su tercer año, lo que nos alegra y congratula. No queremos decir nada en relación a âcompromisos, obligaciones, veracidad, apertura, estilos y calidadâ porque no es la hora de andarse con solemnidades, pero ustedes saben que le vamos a meter para adelante porque nos están acompañando. Hasta el año que viene.
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