â€œLa contaminación cero es casi una ilusión pero tendríamos que lograr por lo menos una cercanía. Es un grave error pensar que tiene que ser un especialista en ecología o en medio ambiente quien dé o busque una solución. Muchos de nosotros venimos de diferentes instituciones ecologistas que actuaban haciendo denuncias ante diferentes problemas ambientales pero nos dimos cuenta de que no podíamos quedarnos solamente en las denuncias, sino tratar de buscar probables soluciones, poniendo énfasis sobre todo en las irregularidades de las conductas o actividades del ser humano”, dijo Ramón Alfaro, médico presidente de la Fundación PROAS, quien estuvo en la radio con el abogado Jorge Kalnay, miembro de la institución y redactor, cabe señalarlo, de la aún no reglamentada Ley de Medio Ambiente de la provincia.

      â€œVenimos trabajando hace ya once años -comentó Alfaro-, años en los que hubieron buenas épocas, otras no tanto, cambiamos algunas posiciones y fuimos evolucionando en algunos aspectos y tal vez, involucionado en otros; lamentablemente, el factor determinante para poder actuar fue y es, el dinero. En la constante lucha por la dignidad y el progreso humano, en estos últimos años, hemos logrado becas para que profesionales de nuestra provincia se especialicen y puedan lograr sus posgrados, por ejemplo en Paisajismo o en el uso de Energías Alternativas. Actualmente, integramos el Foro Buen Ayre, formado por organizaciones no gubernamentales que se dedican al estudio de los cambios climáticos que afectan al planeta, nuestra fundación representó al país en las últimas reuniones, lo que nos posibilitó un conocimiento más amplio de éste problema”.
      En otro tramo de la nota explicó que en los quince mil millones de años que tiene el planeta hubieron muchísimos períodos de cataclismos, de inundaciones, de calores tórridos y glaciaciones, producidos en el tiempo geológico, el que se cuenta por ciento, por miles y por millones de años. Los cambios climáticos que preocupan en la actualidad son aquellos que se cree producidos por actividades humanas, que son muy acelerados y se producen en 20, 50, 100 tal vez 200 o 300 años. Estos tiempos humanos, prácticamente  mínimos comparados con los geológicos, son los que no dan tiempo a nuestro planeta, a los seres vivos y fundamentalmente a los seres humanos a adaptarse a transformaciones tan bruscas, los que sin llegar a hacer anuncios catastróficos, pueden presentar serios inconvenientes para la supervivencia de la especie humana. Señaló que Jujuy quizás no esté tan afectada aún, pero el país se ve cada vez más perjudicado en los cultivos y en la crianza de algunas especies animales, como sucede en el resto del mundo.
      Enfatizó que “Las últimas tormentas y huracanes que afectaron a Estados Unidos, si bien fueron procesos naturales que se producen periódicamente, tuvieron una intensidad no habitual y una de las causas fue el calentamiento de los mares en las cercanías de los lugares donde tuvieron lugar las catástrofes, y si bien es cierto, el ser humano no es el causante directo, se puede afirmar que ha contribuido a intensificar las causas. La contaminación cero es casi una ilusión pero tendríamos que lograr por lo menos una cercanía”.
Habló también de la escasez del agua, ya que teniendo en cuenta que la potable de todo el planeta es sólo el 3% y el ser humano tiene acceso sólo al 1%, ésta se utiliza y malgasta en el riego por ejemplo, pudiendo emplear otro tipo de agua, la que además es contaminada por el hombre con productos agroquímicos sin tomar medidas para mitigar este problema. “Lamentablemente, hace falta una decisión política seria para poder dar soluciones”, concluyó.
      Por su parte, Jorge Kalnay destacó que “reglamentar la Ley General de Medio Ambiente es fundamental para que en la provincia haya un instrumento de política ambiental que permita un mayor grado de cumplimiento de las leyes pertinentes”.
      La historia de la Ley General de Medio Ambiente data de varios años atrás, en el ‘93, siendo gobernador Roberto Domínguez, Kalnay fue contratado para elaborar el Código de Medio Ambiente de la provincia. En aquel momento, la evolución general de la legislación ambiental en la provincia no daba para hacerlo y resultaba mucho más ágil elaborar una Ley General de Medio Ambiente; el abogado comentó “realicé un anteproyecto, bastante extenso, que presenté al Poder Ejecutivo que realizó algunas correcciones y luego lo remitió a la Legislatura. Entre los años ‘93 y ‘98 se formaron una gran cantidad de comisiones que lo estudiaron e hicieron reformas, luego de muchas idas y venidas, finalmente fue sancionado en el año ‘97 y en enero del ’98 publicado en el Boletín Oficial convirtiéndose en la Ley General de Medio Ambiente de la Provincia de Jujuy. No es exactamente el anteproyecto de mi autoría, por que tiene muchísimas reformas y recortes”.
En cuanto al grado de aplicación, el Dr. Kalnay indicó que es muy bajo y no hay todavía una política ambiental lo suficientemente eficiente, ya que aún no está reglamentada ni siquiera parcialmente. Al respecto agregó que se elaboraron varios proyectos de reglamentación en diferentes ámbitos y cuando se creó el ministerio de Infraestructura, Producción y Medio Ambiente, se creó también la dirección provincial de Medio Ambiente, en la que se elaboró un  proyecto de reglamentación parcial de la ley, que no se aprobó.
      â€œMás allá de la buena voluntad de algunos funcionarios y técnicos que tiene la provincia, el Estado provincial no tiene una política ambiental adecuada, integral, sistemática y eficiente y en consecuencia tampoco la estructura para hacer cumplir las leyes correspondientes. La dirección de Medio Ambiente es un organismo con muchísimas carencias, tiene un presupuesto irrisorio, carece de medios técnicos, por ejemplo para hacer mediciones en chimenea, indispensables para un control de contaminación; no tiene vehículos para controlar y proteger los recursos naturales y faltan profesionales”.
      â€œSi tuviera los recursos y la posibilidad de hacer más cosas, me ocuparía de los temas locales que son muchísimos, como la contaminación de los ríos, del agua subterránea, la desertificación y pérdida de capacidad productiva de los suelos, la contaminación atmosférica de las ciudades, de los residuos, en fin, son muchos y creo que se debería empezar por capacitar y darle sustento científico a la información ambiental, porque por ahí se dicen muchas barbaridades y se toman posiciones equivocadas por falta de conocimiento”, expresó al finalizar la entrevista.