Silvia Vela

      Desorganización, canchas en mal estado, dudas en la designación de árbitros, clubes que pagan un mes y se toman libres dos fines de semana hasta ponerse al día con la cuota mensual, indiferencia casi absoluta de los que deberían llevar la batuta y falta de convocatoria con canchas vacías.
      Hay que reconocer que hace pocos años los hinchas de los equipos locales volvieron a ver el fútbol de la Liga Jujeña. Recordamos La Tablada casi repleta cuando se enfrentaban Lavalle y Cuyaya, o se jugaba cualquier otro partido, sin ser clásico, que convocaba a los hinchas a ver buen fútbol. Sin ninguna duda el entusiasmo por el torneo de la Liga Jujeña se perdió, ya no es lo mismo. ¿Los motivos? Muchos. Falta de organización, partidos deslucidos, árbitros que dirigen mal y para colmo seguido, jugadores que no sólo juegan en el torneo de la Liga, sino también se ganan unos manguitos en los Profesionales o los Veteranos. Los árbitros siguen sus pasos, para sacar unos pesitos más, ¿vió? Entonces, al día siguiente juegan el partido de su “equipito corazón” muy cansados y terminan muertos, más si con los muchachos de los Profesionales o los Veteranos ganaron el encuentro, porque después hay festejos. No hay reglamentación que se pueda aplicar en este sentido, no existe control, entonces el nivel no es bueno, salvo esas finales en las que se define un pase al torneo del interior.   Tampoco ayuda que en el torneo no haya ascensos y por ende tampoco descensos. Es todo lo mismo, no se valoran méritos. El club que no paga no juega; no parece ser un castigo drástico, porque generalmente los que no abonan la cuota mensual son equipos que casi nunca pelean por los primeros lugares, entonces ¿qué pierden? Muy poco. Si hasta hay algunos clubes que prefieren pagar la multa por no jugar y evitar los gastos de los viajes.
      Para llegar a la clasificación en los torneos organizados por el Consejo Federal, comienzan a aparecer los porcentajes o sino las zonas campeonato o repechaje, se junta y se mezcla todo. El equipo que durante el año peleó en los últimos lugares y se consagra campeón de la zona “repechaje”, tiene derecho a disputar una plaza para el torneo del interior con el primero de la zona “campeonato”. Qué mérito tiene el club que ganó casi todos los partidos del año si después debe disputar una final con el campeón de los peores . “Lo que pasa -diría algún dirigente- es que hay que tener continuidad todo el año”. Y es por eso que salen del paso con improvisaciones que el presidente parece no ver ¿o si?
      Hoy por hoy el estadio de la calle Martín Fierro, se llena cuando se juega algún partido clásico o cuando la propia Liga alquila el estadio para una final de fútbol de Profesionales, Veteranos, el fútbol de los barrios o cualquier campeonato.
      También está repleto en el mes de septiembre, como escenario principal de la Elección de la Reina Nacional de los Estudiantes. Si supieran el sufrimiento de ese piso, que muy lejos está de ser el ideal “verde césped”; es que hay campeonatos de latinchas y se juegan en La Tablada, porque el antiguo estadio de la Avenida Córdoba parece ser el único que puede aguantar todo.
La Liga alquila la cancha porque se considera necesario sacar algunos pesitos extra, ya que cuesta mucho mantener el estadio y sus instalaciones; aparte, los pedidos de préstamo de la cancha son infinitos y para quedar bien, se lo hace, es que a lo mejor en algún momento pueden devolver el favor. Y los delegados que concurren reunión tras reunión avalan todo. Es increíble que Lavalle, Gorriti, Zapla, Gimnasia y Talleres tengan sus canchas, pero algunas veces se las ingenian para ser locales en la bien ponderada y querida Tablada. Cuánto aguante ¿no?
      Otro de los temas que no se entiende en la Liga es la designación de los árbitros. Parece que hay algunos privilegiados que dirigen todos los partidos. Muchas voces de protesta se alzaron por parte de los hombres de negro encargados de impartir justicia. A principios de año, reclamaron mejor pago por partido dirigido, amenazaron con no jugar el campeonato, pero como no hubo unión las cosas siguieron como estaban. Entonces los soplapitos dirigen el sábado a los Profesionales o a los Veteranos y los otros días, cuando se hacen los partidos de la Liga, terminan muertos y para colmo cobran mal; otros no entrenan en la semana, son designados y también dirigen mal, ni hablar si les toca arbitrar en los torneos del Interior, Argentino “A” o “B”, eso cuando alguien de nuestra Liga se preocupa en llamar al Consejo para decirles que los árbitros jujeños también existen. La falta de representación de la Liga en el Consejo es muy grave. Nadie defiende los intereses de los equipos del interior. El actual presidente, José Luis Martiarena, luchó como un niño empacado para sacar del ente liguista a Hugo Manzur, viejo y conocido dirigente, a quien acusaba de estar pegado a la silla presidencial de la Liga por muchos años y decía que viajaba a Buenos Aires a pasear, pero la verdad es que en esas épocas la Liga Jujeña tenía presencia y en el Consejo Federal, muchísimo peso. Muchas veces Grondona habló muy bien de Hugo Manzur. Con esta gestión ese peso se perdió, sólo hay ausencia y falta de autoridad. Y si no estamos acá mucho menos vamos a estar allá. El capricho de Martiarena en sacar a anteriores dirigentes, no hizo más que convalidar esa frase que dice “no come ni deja comer”. Entonces así estamos, con equipos que algunas veces juegan, con árbitros que algunas veces son designados, con dirigentes que se reúnen en la semana para determinar cómo será la fecha que se jugará entre miércoles, jueves, viernes y domingos, “porque al sábado se lo dejamos a los Veteranos”. De todas maneras, no hay mal que por bien no venga, los hinchas jujeños pueden ver fútbol la mayoría de los días de la semana, ya que cada fecha se inicia miércoles o jueves.
Por todo esto y mucho más es que decimos que la Liga no liga. No liga que haya jóvenes dirigentes que sólo se interesen en tener poder para llegar luego a otro cargo. No liga porque hay una ausencia total de opiniones que vayan en contra de lo que dicen los que mandan. No liga porque cuando alguien pregunta en dónde está el presidente, recibe como respuesta, no sabe no contesta, o cuando pregunta por el Vice, la respuesta es “no sé nada sobre el tema”.
      Salvo la presencia de algunos dirigentes que tratan con mucho esfuerzo de sacar adelante los torneos, no se observa nada bueno. La Liga Jujeña de Fútbol no liga porque hay soberbia en quienes no quieren dejar el espacio ganado a presión. No liga que a los jugadores de buen nivel, los clubes no los aprovechen ni valoren y los dejen escapar a otras ciudades o provincias.
Por muchas cosas nuestra querida Liga Jujeña de Fútbol no liga, así que Señores: basta de sanata y hagan algo por el fútbol jujeño, al que reivindicaron todo el tiempo que duró la campaña política, cuando prometían cumplir con la palabra empeñada…ojalá que no estemos en tiempo de remate.