Laura Barberis
El que no es candidato tiene una tranquilidad: nada de lo que suceda en los comicios de octubre le provoca angustia, inquietud, zozobra, ansiedad, dolor de muelas, de cabeza o desesperación.
Ud. me dirá que las cabezas de listas y quienes están en lugares expectantes, tampoco; pero no se crea, a más de uno el resultado de lo que pase con la lista que encabeza le puede costar crÃticas y el reproche del que va último y no llegue; y sobre todo que el resultado regulará posicionamientos polÃticos a futuro; los van a responsabilizar si entró o no la segunda; les van a reprochar un vocal, un concejal, un diputado de menos.
Ud. vio que en todas las listas hay gente que empuja y gente que jala; están los que pechan y están los que arrastran. Hay quienes trataron de pasar desapercibidos hasta ahora y seguramente seguirán asà hasta que termine la campaña y la verdad, hacen bien, porque si se los conociera más, menos gente votarÃa; están los que se la creen y enuncian disparates como si tal cosa y hay candidatos prudentes que saben que a esta altura es mejor mostrar hechos y reconocer falencias para que el electorado sienta que no le faltan el respeto.
La verdad es que siempre prefiero eludir cualquier forma de solemnidad, de pacata âseriedadâ a la hora de pensar, hablar o escribir la polÃtica, pero no puedo dejar de enunciar que me abruma, me apena, me angustia, en fin, me amarga la vida, de veras, la falta de ideas que sobrevuela toda la campaña. No hay ideas. Si las hay, no reflejan. No hablemos de reflexión o debate sobre el momento histórico en que el azar ha puesto nuestras vidas. Salvo alguna ocurrencia, relativamente estratégica de los más desesperados, parece que las mentes de los candidatos, sus asesores, publicistas e ideólogos, estuvieran parejamente corroÃdas por un óxido implacable, con ese verdÃn que sólo el metal puede producir; es como que nada más les funcionara un lóbulo, por que nadie puede negar que hablan, escriben, manejan vehÃculos y algunos hasta leen Le Dipló. Pero a la hora de pensar, de idear, programar y, sobre todo de analizar qué nos pasa y por qué, el imperativo es mejor encongernos de hombros y que de la profundidad de las cosas se ocupe otro, alguno que vendrá más adelante. No vayamos a debatir nada, no vaya a ser que en los cruces se modifiquen los espacios de poder. Y esto viene acompañado de una notable pérdida del sentido del humor; nada les causa gracia; la broma, el chiste, la ironÃa les infunden temor y desconfianza; la risa les resulta agresiva y cualquier chichoneo pone al gracioso/a bajo sospecha.
Cuando salga el próximo número de La Revista (primera semana de noviembre) no habrá dudas ya (ni siquiera sobre alguna conflictiva mesa de esas que siempre sazonan el estofado comicial) sobre los resultados de las elecciones y el panorama polÃtico de Jujuy ofrecerá claves más ciertas de cara al 2007.
Se sabrá, por ejemplo, quién tendrá mejores perspectivas para la intendencia de Capital, si el PJ o la UCR, o sea si Pablo Lozano o Chuli Jorge, aunque este tema da para quizás una inoportuna digresión, ya que hay como un olorcillo, un tufillo, que indica que ambas cúpulas y sus succionadores respectivos, tienden a matarlos, no vaya a ser que crezcan; curioso que los dos partidos proyecten en el ámbito del Concejo Deliberante el mismo fenómeno de lo peor de la polÃtica, respecto de dirigentes de los mejor vistos por la opinión pública. Ya se verá.
Se sabrá también si los avances del Frente Jujeño en Libertador General San MartÃn van a poder con la alta intención de voto al oficialismo.
Se podrá ver por fin si la saga sampedreña, que tiene la temperatura propia de la zona, está discurriendo sus últimos capÃtulos o recién va a empezar otro pintoresco tomo.
Se acabará el suspenso en relación a si Rubén Daza, y en consecuencia la Unión por Jujuy, pudieron hacer una construcción polÃtica de algún significado o sólo trabajaron para Hugo Conde y los comisionados y vocales del MORECI.
Se verá si algunas muy cuestionadas reelecciones, otros nombres y presencias por demás extemporáneos y la falta de instalación de varias de las candidatas, entre otras situaciones que se han calificado como de debilidad, no le mermaron posibilidades al Frente Jujeño, con los consiguientes costos polÃticos para el 2007 o si la suerte, tan impredecible como el clima, favorece a Gerardo Morales, como hace cuatro años, con más votos de los que marcan hoy las encuestas.
Sabremos si el poderoso aguante del peronismo soportará indemne la ensalada de la Intendencia de Capital, el empresario del multimedio y algunos espinosos ejemplares de la lista de diputados provinciales, compensados por la obra pública, la imagen de Fellner, la visita de Kirchner, Jama, etc.
Con los ecos todavÃa de la Fiesta de los Estudiantes y de los actos y las presencias reunidas para la habilitación del Paso de Jama, nos vamos precipitando hacia los intensos dÃas del último tramo de la campaña electoral.
Ya está
Pero a propósito de Jama quiero recordar que, tanto en la radio como en La Revista, durante todo el año, junto a otros periodistas tratamos de recordar la historia de esta larguÃsima, compleja y vital gestión; de revitalizar la impronta generadora que tuvo durante tantos años; de despertar, en aquellos que la perdieron o nunca la tuvieron o que ni siquiera la conocÃan, la ilusión de progreso por la apertura de tan amplia gama de posibilidades regionales e internacionales; por el ánimo integrador Cordillera mediante, que inspiró a tanta gente, tan diversa, hacia el punto de reunión en que se fue convirtiendo el viejo proyecto. Â
No he tenido en toda mi vida oportunidad de observar otro proceso social como el que implicó Jama, que atravesó, pero siempre para adelante, toda la tragedia latinoamericana del último medio siglo a través de la alternancia de gobiernos democráticos y dictaduras; que sumó las voluntades más diversas de gente de muy distinto origen social y cultural, en varias generaciones; que hizo coincidir a adversarios polÃticos de aquà y de Chile; que siempre tuvo relevos para mantener el objetivo en pie y que, como dice Irene Ballatore, fue una causa que movió montañas, lo que simboliza claramente, rotundamente, el carácter mÃtico que el tema tuvo para quienes lo impulsaron, aunque lo percibieran exclusivamente como una promesa de progreso y desarrollo; hay que recordar que atravesaron el desierto y cruzaron las montañas en cualquier vehÃculo, por distintos lugares, como fuera (ver nota pág. 44).
El acto de habilitación tuvo el tenor que esta historia merecÃa: la presencia de los dos presidentes, de los pioneros, de los cancilleres y tantos funcionarios de ambos paÃses; la realidad impactante de que ya está, minimiza cualquier distracción electoralista o las ajenas torpezas de los revoltosos. Y me quiero quedar con la idea del gobernador de Jujuy en el sentido que los norteños argentinos y los nortinos chilenos esta vez han vencido.
Ahora bien ¿qué sucede cuando los sueños se cumplen? ¿Cómo siguen la cosas? Habrá que ver. Esa es otra historia que ahora empieza y que ojalá tenga un poco de la mÃstica aquella que condujo a este presente.
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