Economía social o popular o solidaria son los nombres que se dan a una alternativa a la de mercado. Hasta hace pocos años se la identificaba con el cooperativismo y el mutualismo, incluso éstas mantienen las estructuras institucionales y sólo modificaron el nombre -cambiándolo justamente por el de economía social- INAES pero no funciones y objetivos.
Igualmente se la utiliza para distinguirse del sector público y de la economía privada de naturaleza capitalista, como tercer sector. En muchos casos se diferencia economía formal -mercado-, de la informal -social- lo que genera acciones estatales extremas de persecución o políticas tipo asistencial, que en el fondo profundizan la pobreza y la informalidad. Es por todos conocido que las reglas que rigen la economía de mercado promueven el individualismo y la acumulación, sin condicionantes que tengan en cuenta a aquellos que no alcanzan los niveles de competencia necesarios, sea por incapacidad individual, estructural y/o ambiental.
La globalización y la apertura económica en la Argentina, obviamente dejó sólo a aquellos actores que estaban en condiciones de competir en todos los productos cercanos a comodities, por economía de escala o por tecnología, y también sobrevivieron los que tenían productos o servicios diferenciados.
Fue como una gran red arriba del país, con nudos que integraban las grandes empresas o explotaciones competitivas mundialmente y algunos retazos, zonas, que quedaron enganchados porque sus condiciones estructurales, institucionales, educativas, etc., lo permitieron; un ejemplo, entre otros, puede ser Rafaela, sin embargo, la inmensa mayoría se cayeron por los agujeros de esa red que eran muy grandes y no había forma de sostenerse.
Obviamente que las instituciones del estado que supuestamente servían para apoyar al sector económico se adecuaban a esa realidad y ponían lo mejor para apoyar a los competitivos mientras paralelamente creaban programas asistenciales para asistir a esa economía de pobres formalizando y profundizando su realidad, proceso del cual todavía no lograron salir, pese a los esfuerzos que realizan, porque quedaron fuertemente ligadas a condiciones e intereses de la otra realidad.
De esa fenomenal exclusión que continúa hoy, pero atenuada por el tipo de cambio que actúa y actuará de barrera por un tiempo, surgió una impresionante cantidad de emprendedores que tomando diferentes formas hoy representan no menos del 30 % del empleo.
A continuación, cómo se comporta el empleo en Jujuy en base a datos oficiales EPH y AFIP a diciembre 2007:
Población económicamente activa 267.000
Desocupados 22.000
Ocupados totales 245.000
Los ocupados registrados son 93.000, de los cuales 48.811 son privados (azúcar, tabaco, comercio, industria, minería, turismo, etc.).
Ocupados en negro 151.200
La composición de esta última franja se integra con jujeños ocupados en planes, relación de dependencia y emprendedores sociales, informales o como se quiera llamarlos; para mí se trata de sobrevivientes dignos, integrantes concientes o inconcientes de una fenomenal economía solidaria.
Estas famiempresas cuyo perfil describiremos en otra oportunidad, son como mínimo 60.000, más que todo el sector privado en blanco, sin subsidios de ningún tipo.
No todo lo formal es economía de mercado ni todo lo informal es economía social.
Está claro que no existe una acción integral que permita aprovechar esta formidable fuerza socio-económica. Se abre un debate si realmente el sistema de formalización debe seguir las mismas reglas de la economía de mercado. En realidad el debate es si esta economía social se integra al sistema de mercado o se construye un nuevo sistema político-institucional que la promueva, es decir, estaríamos planteando lisa y llanamente un sistema político diferente al que existe en la Argentina.
Creo que necesitamos construir una única estructura económica donde convivan los distintos emprendimientos, que permita al estado actuar sobre los sectores más débiles, alcanzando un piso de rentabilidad compatible con la calidad de vida deseable. Si la economía social tiene como prioridad la reproducción de la vida sobre la del capital, la primera está más ligada al desarrollo que al crecimiento.
El desarrollo es aumento de capacidades, en cambio el crecimiento está más ligado a llenar las capacidades existentes. El desarrollo como su nombre lo indica es largar el rollo, o como lo expresa este término en portugués desenvolvemento, desenvolverse. Para largar el rollo o desenrollarse o desenvolverse se hace necesario tener confianza, condición clave para lograr el desarrollo. Si lo importante es la calidad de vida y no la acumulación de capital, los niveles de rentabilidad son menores a los que necesita un empresario sin responsabilidad social que requiere una permanente acumulación. En los últimos años quedó claro que el crecimiento no garantiza distribución más justa de la riqueza. El crecimiento se realiza sobre las estructuras pre-existentes. Es fortalecimiento de redes sociales y económicas; intercambio de conocimiento, aumento de confianza que disminuye costos de control; son reglas de juego que generan premios y castigos en función de trabajar asociados, más solidarios y cooperativos, se adquiere estas actitudes y aptitudes porque conviene porque hay competitividad; desde lo social porque distribuimos la riqueza; desde lo moral, porque todos somos más dignos al convivir en una comunidad organizada con justicia.
El crecimiento económico la mayoría de las veces se da sin modificar la competitividad de una manera genuina, sino aprovechando condiciones extra-sistema-económico, precios internacionales de commodities favorables, tipos de cambio que generan ventaja comparativa no competitiva, inversiones externas que no controlamos, o cualquier otra situación no-genuina, no producto de la mejora de las condiciones de las capacidades del sistema tienen un tiempo y después de esos años primaverales y reaparecen -y muchas veces con mayor crueldad- los viejos problemas estructurales con menos credibilidad de la sociedad y lo peor con mayor incapacidad para la solidaridad y la creatividad.
El crecimiento se da normalmente sobre las estructuras existentes, obviamente en aquellos sistemas económicos donde a las ventajas comparativas se le agregaron ventajas competitivas son los sectores que mas rápidamente crecen y también aprovechan ese crecimiento para aumentar sus capacidades y normalmente incorporar nuevas tecnologías e inversiones que refuerzan obviamente la concentración, aumentando la relación inversión puesto de trabajo. Los sectores afines o de servicios que no disponen de igual competitividad si aumentan los puestos de trabajo. Para lograr el crecimiento se necesitan de decisiones independientes de la organización económica social; en cambio el desarrollo, necesita trabajar sobre las personas e instituciones, para aumentar relaciones, generar consensos, fijar reglas de juego, sistemas de premios y castigos que promuevan la innovación y el asociativismo,
El crecimiento, entonces, se da sobre aquellas estructuras preexistentes que son las que cuentan también con la colaboración de las instituciones técnicas del estado que en los periodos depresivos quedan trabajando con estos sectores para justificar su existencia y cuando se vuelve a los mejores tiempos ya no se acuerdan cómo atender a los sectores menos competitivos y se dedican al asistencialismo técnico. El sistema financiero se comporta de la misma manera, las pocas acciones para los actores de la economía social se circunscriben a programas interesantes pero de laboratorio, que no tienen impacto, y en aquellos que los montos pueden ser importantes, los ejecutores no entienden o no les interesa para nada el desarrollo, están acostumbrado al now how del clientelismo.
El sistema impositivo y los programas de subsidios refuerzan los sistemas fuertes y debilitan más los débiles aumentando la desigualdad. Es decir que para mantener el crecimiento las actitudes a adoptar pasan fundamentalmente por mejorar el lobby; mejorar el sistema de presión, y esto es válido para los estados, las empresas y los gremios, creo que podemos detallar una cantidad de ejemplos sin mucho esfuerzo. Obviamente que estos procesos llevan a un aumento de la desigualdad.
La desigualdad regional evidentemente es la más marcada por los datos socioeconómicos de todos los centros de información estatales o privados, no hay duda que el norte argentino, NEA y NOA, con datos similares tienen iguales características estructurales -ver informe PNUD 2005 donde se los llama la región crítica, los territorios del desafío- la descripción de la región como verdaderos enclaves de grandes empresas o grupos de empresas con determinadas actividades económicas aisladas del conjunto de la actividad económica del lugar donde están asentadas. No más de un 10 % de sus insumos son provistas por empresas locales; a mayor tamaño de la empresa, más commodities y más industrializada o con más tecnología aún cuando sea producción primaria: cada vez pesa menos lo que se gasta en insumos, servicios y mano de obra local.
En una etapa de crecimiento estos grupos, rápidamente, hacen aumentar el producto bruto geográfico con poca influencia en una distribución de la riqueza más justa, al contrario contribuyen a aumentar la desigualdad. Con una economía informal que supera el 50 % que está afuera de todas o de la mayoría de las ventajas del momento con estructuras con escasa o nula participación del estado en sus distintas formas, en general participa trabando el desarrollo de los emprendedores más activos.
Intenté describir qué pasa impositiva, financiera, técnica, tecnológica y administrativamente y cómo el sistema juega en general en contra y como los lobby ayudan a mejorar las condiciones de los grupos concentrados. Para construir confianza necesitamos trabajar con ideas de mediano y largo plazo, lo que no significa no buscar y obtener resultados en el corto plazo.
Cuáles son algunas condiciones para conseguir lo opuesto al desarrollo, es decir cómo logra individualismo, dependencia de la asistencia, disminución de la participación, bajar la credibilidad en los dirigentes en general, de los sociales en particular; ¿qué es una estructura clientelar? es un sistema de gestión socioeconómico donde los integrantes de una comunidad para acceder a sus necesidades o demandas debe pasar por una serie de peajes -de tipo técnicos, políticos, económicos- con una gran cuota de discrecionalidad por parte del que decide con reglas explicitas o no. Obviamente no se trata de un sistema universal, donde los requisitos para acceder a un servicio o producto del estado son claros y en esa lógica no dependen de la adhesión o no al otorgante, lo que indica que para acceder la persona tiene que recurrir a lobby, relaciones, presiones, sometimientos varios, o sea que no alcanza con cumplir los requisitos, lo que genera en todos los ámbitos una fuerza impulsora contraria a la capacidad, al esfuerzo, a la solidaridad.
Conclusión
Las estructuras motivan culturas que favorecen o crean resistencias al desarrollo. Debemos crear estructuras económicas que les permitan a los emprendedores de la economía social disponer de sus partes. Así podemos mostrar lo que podríamos hacer con el norte argentino como productor de alimentos, limitando el avance de la soja, controlando el ambiente, mejorando la oferta para controlar la inflación y, en definitiva, lograr una mejor distribución de la riqueza. Todo por la vía de la estructura productiva y no por la asistencial.
En el norte argentino estamos en condiciones de afirmar que existen unos 2.500.000 pequeños productores olivícolas, viñateros, camélidos, hortícolas, apicultores, madereros, etc. Es decir, una gama de emprendedores que justamente no tienen la estructura productiva como la que tiene un mediano o un gran productor. No cuentan con las partes de esa estructura organizativa, llámese financiera o comercial, desde la logística o de la tecnología, de la asistencia técnica, la sanidad o las certificaciones. Es decir, todo está lejos para él.
Con una visión sistémica, debemos tomar una actividad económica y tratar de armarle una matriz donde de un lado se encuentre toda la cadena de valor, desde la tierra, la semilla, todas las partes del componente productivo, que tenga en cuenta la cosecha, la logística, el producto final; si tendrá como destino la industria o será producto fresco y, del otro lado de la matriz, colocar todos los organismos nacionales, provinciales y municipales que puedan hacer un aporte para que confluyan todos en una única estructura para esa actividad económica específica.
Por otro lado, en la estructura productiva deben estar todos los sectores presentes, los grandes, los pequeños y los medianos; el que sobrevive y aquel joven que quiere iniciarse en la actividad. Todos tienen que tener la posibilidad de acceder pero el estado debe estar presente con más fuerza para aquellos que son más débiles, para lo cual es necesario siempre tipificar, categorizarlos, para que se pueda tener más presencia en calidad y cantidad en los que más lo necesiten, o sea asistencia técnica, vacunas, capacitación, asistencia financiera, entre otros.
Debemos hacer uso de todas las herramientas disponibles como viveros de empresas, gestión del consumidor, sistemas de certificación, comercio justo, precios sostén, sistemas de comercialización directos al consumidor, sistemas de formación en oficios universales, micro finanzas, uso de tierras estatales para jóvenes emprendedores, combinar inversión publica y privada con reglas de juego que permitan competitividad del conjunto pero con precios justos, y tantas otras tecnologías de gestión que permitan lograr el objetivo del desarrollo de una economía social que garantice igualdad de oportunidades para todos.
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