Para el doctor Alberto Trejo, economista costarricense, especialista en temas de desarrollo, âlas cosas que hacen falta, están en Jujuy porque la provincia tiene ventajas competitivas pero la clave, subrayó, es que logre establecer su propia relación con el mundoâ, dijo en la radio (en la que estuvo acompañad por el ingeniero Ernesto Altea) en una entrevista donde analizó los dilemas del desarrollo y la pobreza, âque son casi los mismos en toda América Alberto Trejo en Jujuy
Latinaâ; reflexionó que âmuchos de nuestros problemas no son de repartición sino de creación de riqueza; lo que tenemos alcanza perfectamente para que todos seamos pobres; entonces hay que hacer el pastel más grande y no sólo repartirlo mejorâ.
Invitado por FUJUDES y el ministerio de Hacienda de Jujuy a dar conferencias aquà y en Tucumán, es oportuno recordar que hace años que Trejo visita el NOA y es conocedor de su problemática polÃtico, económica y social. En su paÃs es docente del INCAE (Escuela de Negocios organizada hace cuarenta años, con el patrocinio de la Universidad de Harvard, por dirigentes empresariales de Centro América) de cuyos cursos participan con regularidad dirigentes de Jujuy y la región.
-¿Cómo encontrás la provincia?
-La ultima vez que vine fue a mediados de diciembre del 2001. A la luz de aquello, ciertamente mi primera respuesta serÃa que está mejor. Me acuerdo que en aquel momento la gente hablaba de la crisis, de la crisis, de la crisis. Y en alguna charla les dije, crisis es la que se les viene y no la que están viviendo ahora. Tristemente resulté profético en aquella ocasión. Pero el paÃs se ha sido recuperando y ahora está en un evidente proceso de estabilización. Ya más en materia, me ha alegrado mucho ver que amigos que hacen cosas importantes para mejorar empresarialmente y las condiciones de vida de la gente -especialmente de los más pobres- también estén actuando decididamente en el frente ambiental. He oÃdo proyectos lindos, ambiciosos. Me parece que en ese sentido, hay un mensaje positivo. Por otro lado, parece que estos escasos momentos de calma entre los sobresaltos argentinos, hay que usarlos para pensar para adelante, para construir sobre bases más sólidas. Sà me ha dolido ver que organizaciones que trabajan sobre problemas diferentes pero que parecÃan tener una visión más sistémica de cómo cada uno de los problemas es un mosaico más dentro de la pared, tal vez ahora no vean tan fácilmente como complementarse. Les cuesta cruzarse. Nos cuesta mucho a los seres humanos por seres humanos y más a los latinoamericanos y dentro de América Latina, más a los argentinos el trabajar en equipo, tal vez porque hay tanto talento en las individualidades.
-Ãltimamente entrevisté gente de varios paÃses latinoamericanos (Chile, Bolivia, Perú, Colombia) y todos coinciden en que terminadas las dictaduras en Latinoamérica, las democracias defraudaron por el empeoramiento sistemático de la situación socioeconómica.¿ Cómo se ve esto desde Costa Rica?
-Creo por una parte que a la palabra democracia le caben muchas cosas. A la que caben distintos sistemas y culturas polÃticos. Ante la alternativa de la dictadura, el contraste con una democracia hace que no distingamos mucho entre democracias, pero una vez que hemos superado la lacra de la dictadura, tenemos que darnos cuenta que hay la posibilidad de hacer bien una democracia o hacerla mal. No es cuestión de soplar y hacer botellas. Muchos creyeron que al haber elecciones, automáticamente los problemas iban a desaparecer. En realidad, si hacemos bien las cosas, generaremos un sistema en el cual es posible aspirar a solucionar nuestros problemas. Creo también que el desempeño que América Latina ha tenido en estos años de democracia, ha sido muy desigual; que hay algunos casos frustrantes, tristemente quizás sean la mayorÃa. Pero también hay otros positivos, como Costa Rica, Chile. Si pensamos un poco más, vamos a encontrar fenómenos interesantes. Veo el sur nuestro y me encuentro con Panamá, que sigue siendo en muchos sentidos el paÃs complicado que era hace unos años, pero ha recuperado su Canal, lo está manejando bien. Honduras, dentro de su profunda pobreza -es el segundo paÃs más pobre de América Latina- pero bien que mal San Pedro es una ciudad industrial, exportadora, donde la mujer salió de la casa al empleo; falta no sé cuántas décadas de hacer las cosas bien para que el hondureño deje de ser una persona muy, muy pobre, pero por algún lado hay que empezar y creo que ellos lo están haciendo. Entonces creo que hay diferencias. Cuando digo Costa Rica y Chile, también estoy hablando de dos paÃses que han surgido con la democracia.
-Hay chilenos que han estado acá que coinciden que estos años de democracia después de la dictadura de Pinochet, han tenido graves situaciones vinculadas a los niveles de pobreza y a la expoliación de los recursos, que es un problema común en toda Latinoamérica.
-Creo que el problema distributivo es un problema al que hay que entrarle más en serio. Ahà sà que creÃamos que con solo pasar de dictadura a democracia, de un sistema de unos pocos que tenÃa un poder muy concentrado y que no respondÃan a la mayorÃa, a otros que claramente sà tienen incentivos para gobernar para todos, que eso en sà mismo era una gran solución al problema distributivo. Y nos estamos encontrando con que no es asÃ. Nos sorprende que no sea asÃ. El distributivo es como cualquier problema en una sociedad, requiere que la sociedad gaste recursos en enfrentarlo y si no gasta más en democracia que en dictadura en solucionar el problema social, entonces no lo va a solucionar. Una distribución más justa de la riqueza tampoco es una ciencia y entonces sabemos mucho menos de cómo hacerlo; tiene mucho que ver con la educación, con gastar lo suficiente en ciertas cosas, con ser eficientes, pero es mucho lo que nos falta. El caso chileno es muy peculiar; la distribución se ha hecho un poco más desigual en los últimos años pero la economÃa ha subido tanto que hasta los más pobres, cuyos ingresos se han alejado mucho de los de los más ricos, igual han subido su nivel significativamente.
-¿Desde tu visión qué oportunidades puede tener Jujuy dentro de la dinámica de crecimiento económico de la Argentina?
-El tema es cómo lidiamos con el hecho de que Jujuy es parte de la Argentina, con la bendición que eso significa, porque creo que en muchos sentidos es una bendición; con el problema que significa porque en algunos sentidos es un problema. Pero sobre todo con el hecho de que al ser parte de un todo, algunas de las decisiones se van a tomar en parte, otras en el todo y entonces, plantearse el tema del desarrollo no es nada más plantearse el tema de cómo tomar las decisiones correctas. Algunas de las decisiones no las controlas vos y entonces creo que ahà hay que pensar en ese tema, de cómo hacer con el hecho de que somos argentinos, para bien y para mal. Creo que parte de eso tendrá que ver con que pensemos cuál debe ser la realidad no sólo de Jujuy con Buenos Aires sino de Jujuy con el NOA y también de Jujuy con el mundo porque una de las cosas que tiene Argentina en estos momentos es ver claramente desde cualquier parte del paÃs, el camino al mundo pasa por Buenos Aires, logÃsticamente, económicamente, polÃticamente, culturalmente. Y tal vez el tener un ligamen más fuerte con el mundo, sea una forma que podamos sacar aún más provecho a las cosas buenas de ser argentinos y a la vez, neutralizar un poco más los sobresaltos que vienen de ser argentinos.
-Desde fines de los â80, la provincia vive una anomia de la que no salimos por más que pasen algunas cosas buenas y haya mucho movimiento en las calles, que se podrÃa interpretar como que hay una sociedad dinámica que está en la calle, por ejemplo con la protesta; pero no es asÃ, no arrancamos...
-A mà me duele y me preocupa la dimensión y la dirección que en America Latina está tomando la protesta. Me parece que es un derecho muy importante y que cuando las cosas requieren protesta, merecen protesta y debe haber protesta. Pero me preocupa que America Latina he estado viendo muchos ejemplos de circunstancias en las cuales se le dice al que protesta: venga, le abrimos la mesa para que proponga y su respuesta es no, es que si me involucro, entonces pierdo después el derecho a protestar. La protesta como meta, como recurso insoslayable, me parece que es muy preocupante. Yendo al fondo de la pregunta, creo que el mÃnimo de decisiones que tenemos que tomar para de verdad cambiar a Jujuy incluye muchas que están en nuestras manos ¿o es tanta la concentración de decisiones en el resto del paÃs o en Buenos Aires que no tenemos control sobre suficientes instrumentos como para cambiar las cosas? La respuesta es sÃ, los tenemos. Las cosas más importantes se dirimen localmente, lo cual tiene que ver con educar, con cómo manejamos el ambiente; cómo identificamos un posicionamiento. Incluso, muchas de las cosas tienen que ver en cómo vinculamos a la provincia con el mundo. Me parece además que un Jujuy que tenga un nivel de debate un poco más sofisticado es un Jujuy que no sólo puede tomar mejor las decisiones, sino que puede escoger mejor qué pleitos pelea en la Nación. Porque el âyo quiero ser independienteâ o el âyo quiero definir todo aquÃâ o el âquiero definir para todos desde aquÃâ, claramente no vuela. Pero talvez si llegamos después de un debate inteligente a concluir que no, que x, y y z queremos definirnos nosotros en cierta manera y concentramos las baterÃas en ese tipo de cosas, está dentro del sistema de incentivos de la Republica como un todo, el darle gusto a una provincia que hace un planteamiento coherente y concreto. Entonces me parece que las cosas que hacen falta, están en Jujuy, que tiene potencial para despegar, ventajas competitivas marcadas en algunas actividades y otras en las cuales ni siquiera ha empezado a moverse y si logra también establecer su propia relación con el mundo, puede canalizar en un ida y vuelta su propio desarrollo y tener un futuro muy importante.
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