(YA ES ADOLESCENTE)
El 20 de abril, en la radio, se organizó el cumpleaños número 15 de la espera y la pelea por la Ley de Cupos. Además de torta, globos y mariachis en el estudio, participaron alrededor de 20 mujeres en total, con ideas polÃticas diferentes y de distintos ámbitos de la vida de la sociedad jujeña. Se festejó el empuje, la pelea, el no bajar los brazos de las mujeres que creen en esta lucha. Fue un reconocimiento para ellas y para su trabajo, en especial para Salma Haidar de la Fundación Sujeto y Predicado, ideóloga del cumpleaños.
La participación de los hombres también fue emblemática. Los polÃticos prefirieron no sentarse a la mesa larga, y tuvieron su espacio propio y diferenciado, tanto el diputado Mario Pizarro (UCR) como el diputado Hugo Eleit (PJ)participaron de entrevistas âmás convencionalesâ en la primera hora del programa. Los más radiofónicos, Coco Coronel Montes y Fernando Calvetti, se animaron a decir algunas cosas a favor de la ley en particular y de las mujeres polÃticas en general, chistes mediante. Los demás invitados masculinos y una cuantas mujeres (de las involucradas) optaron por no participar, con coartadas de diversa verosimilitud.
Hay varios aspectos de esa tarde de radio que quisiera destacar. Desde los micrófonos de Radio Nacional se demostró que las mujeres no divagamos, todas fuimos concisas y concretas en nuestras opiniones. No nos dedicamos a chusmear sobre la vestimenta de nadie, como seguramente algunos esperaban. La seriedad de los planteos y de las tomas de posición pusieron en evidencia que los prejuicios en cuanto a las dificultades para que las mujeres nos pongamos de acuerdo en cuestiones fundamentales, no se sostienen. Incluso frente a la disidencia, se mantuvo el respeto (cuando esto no ocurrió fue un caso puntual).
Salvo un par de disidencias, fue claro que todas en la actualidad, apoyaban la Ley de Cupos, como única herramienta que garantice la igualdad de oportunidades para las mujeres de alcanzar puestos en cargos electivos públicos. El hecho de que Jujuy sea una de las dos provincias argentinas que no tiene esta ley y de que en el gabinete provincial las mujeres hayan llegado en estos años de la era fellnerena hasta dos secretarÃas de estado solamente, no es gratuito. Tampoco lo es que en los partidos polÃticos las mujeres trabajen tanto o más que los hombres y no tengan las mismas posibilidades de formar parte de una lista de candidatos ni de la -tan mentada- mesa chica, la de las decisiones. Estas cuestiones fueron claramente expresadas en ese programa y fueron ampliadas con ejemplos, sobre cada una de estas situaciones. No fue ajeno a la discusión el contexto social, las propias caracterÃsticas de esta sociedad jujeña (como tantas otras) que renueva generacionalmente los modelos de sumisión de las mujeres, producidos en los ámbitos familiares, escolares y difundidos por los medios de comunicación. Todo esto produce que las mismas mujeres que llegan a cargos públicos no necesariamente sean concientes de que representan también a las mujeres, que las polÃticas públicas con perspectiva de género sólo pueden estar avaladas por ellas y por sus prácticas, que es posible crear otros modelos de poder, que puede haber formas âfemeninasâ de poder.
La Ley de Cupos fue pensada en voz alta por todas estas mujeres no como un premio a ser de sexo femenino, sino como un reconocimiento a la necesidad de representación que tenemos las mujeres y que no está siempre garantizada, sino que depende de las internas y externas partidarias, de los intereses. Un reconocimiento a la capacidad, al trabajo, a la trayectoria en la militancia, no al parentesco o al grado de amistad con los que cultivan el poder.
Después de tanto tiempo, haber avivado la llama, haber recordado la lucha, puso en perspectiva muchas cosas, sobre todo la necesidad de trabajar en conjunto y con apertura para lograr una ley cuyo piso sea el 30 por ciento, por que el techo no lo puede poner nadie en una democracia. (A.T.).
AHORA O NUNCA
La sanción de la Ley de Cupos, para asegurar un piso de participación de las mujeres en las candidaturas a cargos electivos, es cuestión de âahora o nuncaâ para la licenciada Virginia Franganillo, directora del Museo de Investigaciones âEvitaâ y conocida dirigente polÃtica y luchadora de los derechos de género.
En un contacto telefónico con la radio, mientras se âcelebrabanâ los quince años de la frustrada aprobación de esta ley, Franganillo fue consultada sobre este problema de las jujeñas (y de los jujeños), considerando que lo que pasa en Jujuy es -directamente- âpatéticoâ.
Para Franganillo, es paradójico que en una provincia como Jujuy, donde la mujer participa masivamente en numerosos aspectos de la vida de la comunidad, tenga en cambio una escasa presencia en la polÃtica institucionalmente hablando. âHay dos datos -observó-: uno que la mujer tiene un enorme peso cultural. La primera vez que fui a Jujuy -para Semana Santa en Tilcara- me impresionó porque en la procesión habÃa mujeres, mujeres y mujeres y el obispo tuvo un discurso muy fuerte a favor de ellas y eso creo que expresa la cultura y la historia de una provincia en la que las mujeres tienen un gran peso en la construcción social y publica. Es paradójico que no tengan los espacios que le corresponden, y se da en estos momentos particularmente, porque hubo otros donde no fue asÃ, ya que recuerdo que. Salma Haidar fue ministra y otras mujeres de la polÃtica jujeña ocuparon cargos muy importantesâ.
-¿Cómo ves que en quince años no se hayan decidido a tratar el proyecto?
-Es un tema que tiene una enorme legitimidad en la reforma polÃtica más importante que hubo en la Argentina. De sólo mirar el territorio de la provincia de Buenos Aires, con dos candidatas mujeres, auspicia lo que pasará en los próximas elecciones, lo que por otra parte es una corriente mundial. En este sentido creo que en la Argentina fuimos pioneras con la Ley de Cupos. De modo que lo que pasa en Jujuy -más que regresivo- es patético. Me preocupa porque éticamente refleja mucha distorsión en los polÃticos en perjuicio de las mujeres y los niños.
-¿Por ejemplo?
Estuve hace dos años con un programa que financió el Banco Mundial trabajando con alguna ONG, como por ejemplo Sujeto y Predicado, sobre temas sociales que son acuciantes como la violencia contra las mujeres y los niños y en ese sentido, en Jujuy hay una enorme falencia. Hay una vinculación entre mayor participación de las mujeres y la generación de polÃticas sociales de alto impacto y hay que mirar el mapa del paÃs y vemos que cuando se iban logrando las leyes de salud reproductiva y las de prevención de la violencia y en este momento con lo que está ocurriendo a nivel nacional, el peso de la polÃtica sanitaria en relación a resolver los problemas vinculados a la salud reproductiva o el peso que están adquiriendo también en el discurso público del Gobierno Nacional la cuestión vinculada a la disminución de las prácticas violentas, Jujuy vuelve a quedar rezagado. Asà que espero que las mujeres jujeñas puedan presionar en el poder del y si no, que se mantengan activas en ir resolviendo las cuestiones porque creo que es ahora o nunca.
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