A mediados de mayo, Wayruro Comunicación presentará en el Teatro Mitre el largometraje “Nadie olvida nada”, un documental que se propone ser memoria de las luchas y búsquedas de Madres y Familiares de Detenidos- Desaparecidos jujeños.
      Ariel Ogando, realizador del video, contó “Terminamos, después de 14 meses de rodaje el largometraje documental Nadie olvida nada, que rescata la memoria de Madres y Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Jujuy. Surge a iniciativa de ellos, que hace un poco más de un año presentaron un libro –Con vida los llevaron escrito por Reynaldo Castro- y que tomaba el mismo tema. Les parecía interesante un abordaje desde lo audiovisual. Y por eso nos plantearon la propuesta. De todas maneras, hace un par de años que veníamos conversando con Elena Mateo y con alguna otra gente, que estaban interesados en hacer un video.”.
      En cuanto a la organización del trabajo, Ariel explicó “Empezamos con una tarea ardua porque son una veintena de testimonios; el libro de Reynaldo ya estaba escrito y esa investigación nos fue de mucha ayuda para ver por dónde se podía desarrollar la historia. Nuestro video tiene una narrativa, de alguna manera más literaria, una introducción, un planteamiento y un desenlace. Es un planteo clásico de guión.
      Durante más de un año una vez por mes fuimos a la casa de los Fidalgo a registrar los testimonios de los familiares, con agenda organizada por la mujer del Dombo Turk, Elena Mateo. Esto nos permitió un volumen gigante de información”.
      El primer paso fueron los testimonios, y de allí la complejidad del trabajo fue mayor. “Luego de las treinta horas de testimonios, lo más arduo fue encontrar un hilo conductor, que unificara. Para poder superar esta instancia hubo que hacer mucho trabajo: se desgrabó todo el material, se segmentó y a partir de ahí quedaron tres horas, pero era demasiado. Fuimos achicando hasta llegar a este material del que estamos muy conformes”.
      â€œEn un principio -dijo- habíamos pensado en un documental mediometraje de 40 minutos pero nos quedaba -y nos quedó- muchísimo material afuera por lo que decidimos extenderlo a 75 minutos, que es el formato que tiene el trabajo”.
      Respecto a la propuesta, dijo “Lo que quisimos hacer fue una mirada distinta de la década del ’70, porque en general todo lo que hay viene desde la metrópoli, de Buenos Aires. Queríamos rescatar un poco cómo era la militancia en el norte y cómo era la vida y la lucha de los familiares, cómo comenzó. Madres de Plaza de Mayo tiene una rica historia, relativamente conocida, pero no se sabe cómo empezó la lucha de estos organismos en Jujuy. Nos parecían muy interesantes los matices, si bien la búsqueda de los familiares tiene muchos puntos de contacto. A parte, porque los responsables a nivel de local son personas que quedaron impunes y en el anonimato, merecían ser nombrados y que queden registrados estos personajes”.
      â€œLa finalidad es obvia -dijo-, rescatar la memoria de lo sucedido, contar cómo esa búsqueda de los familiares se convirtió en una lucha por verdad y justicia. Una preocupación constante fue no caer en el golpe bajo, no abusar de lo que esta historia significa en términos de dolor. Queríamos que tocara el tema de la lucha por los derechos humanos, pero también desde las particularidades de esta lucha en Jujuy y su significado. Estos puntos creo que quedaron claros. Y para esto aportó mucho la mirada de otra gente a la que presentamos el video –algunos relacionados directamente con estos temas y otros no- cuyas opiniones  nos ayudaron, para los retoques finales, porque nos permitieron un corte con el trabajo y verlo desde otros puntos de vista.
      En el video no sólo se muestran los testimonios de madres y familiares sino que también hay un protagonismo de la fotografía como otro modo de rescate, de recuerdo. “Después de las entrevistas hubo toda una etapa de recuperación de material fotográfico, porque cada uno “desempolvó” esas historias tan dolorosas y aportó un volumen de fotos que enriquecen muchísimo la imagen ya que el eje son los testimonios. El video apunta a contar la historia desde los protagonistas por eso el aporte de las imágenes es fundamental”.
      â€œTambién nos parece importante que este material llegue a la mayor cantidad de lugares posibles, a colegios, organizaciones, porque generalmente los videos de derechos humanos tienen planteos desde Buenos Aires. Además lo pensamos también para un público extranjero, porque trabajamos mucho para poder despegar esos testimonios de lo emotivo, porque lo que cuentan es muy doloroso; el objetivo fue tratar de hacerlo inteligible para la mayor cantidad de público posible”.
      Respecto al circuito de difusión del video, explicó “La idea es presentarlo a mediados de mayo en el Mitre, luego va a una muestra en Córdoba (España) en julio. Tenemos ganas de presentarlo en distintos lugares, uno, después del estreno en Jujuy es la empresa recuperada del Hotel Bauen de Buenos Aires. Justamente el problema para este tipo de trabajos es la distribución. Donde siempre hegemonizan y mueven más la torta, a nivel de prensa y medios es Buenos Aires, por eso el material de las provincias suele ser prácticamente desconocido. Tenemos amigos y gente del palo que nos va a dar una mano en la difusión, de todas maneras, en esta etapa en la que estamos el esfuerzo también es enorme. Porque, por ejemplo, para poder enviar un cassette a una muestra internacional tiene que ser en Beta Cam o en Divi Cam, que cuesta 160, que con los gastos de envío se hacen 250 pesos y no tenemos, no tenemos un fondo de financiación que nos paga eso. Nosotros usamos material reciclado y aunque todo es más difícil, no nos desanimamos. Sería mucho más fácil tener una distribuidora y no tener que mandar cada cassette por Correo Argentino porque no llegan”.
      â€œTodo esto fue hecho a pulmón -continuó diciendo-, nadie cobró un centavo, porque tiene que ver con nuestro compromiso y nuestra militancia. Madres aportó parte del material virgen y nosotros pusimos todo el laburo, que insumió mucho tiempo y trabajo. Wayruro es una organización sin fines de lucro, Huayra es la productora, la que presta las máquinas. El equipo de trabajo es de Wayruro, en Buenos Aires están Cecilia Gardos Carro y Leila Simone (Escuela de Cine de Avellaneda), que participaron en el rodaje, rescataron imágenes en Buenos Aires, hicieron una de las últimas entrevistas a Olga Aredes, levantaron imágenes de la ESMA, de Plaza de Mayo. Eso si vos no tenés un equipo comprometido desde la militancia es imposible, porque no contamos con fondos para viajar o contratar gente allá.
      Y lo interesante es lo que pasa después. Ahora estamos festejando la terminación, después de tanto laburo: pudimos hacerlo y es gratificante. Pero ahora vine otro proceso tan importante como el anterior, que es que se vea. Si sirve para la discusión, qué gatilla en la gente, qué devolución hay de esto”.
      En cuanto al apoyo recibido desde organismos estatales, indicó “La idea de estrenarlo en el Mitre viene motorizada por la madres y familiares, para lo cual ellos hacen los contactos y averiguaciones. Tengo entendido que mandaron una nota a Secretaría de Cultura solicitando apoyo, pero les fue negado. Pedían principalmente recursos para compra de insumos, etc. Y ahora volvieron a hacer una nota pidiendo para la parte de duplicación del material, impresión de afiches, etc. Están esperando que la Secretaría de Derechos Humanos de Nación les confirme el apoyo, que aparentemente tiene una respuesta positiva. De todas maneras los realizadores de Jujuy estamos acostumbrados al poco apoyo –por no decir ninguno- de la Secretaría de Cultura de la Provincia, esto da mucha tristeza”.
      Y agregó “De manera sospechosa esta Secretaría no apoya nada que tenga que ver con los derechos humanos. Tengo entendido que el año pasado Madres y Familiares pidieron apoyo para el libro y no lo obtuvieron; también pidieron apoyo para la publicación Nadie Olvida Nada y tampoco. Esto no es una cuestión de gustos personales, va más allá, tiene que ver con el rol del estado en cuanto a la historia. Por otro lado, claramente no se apoyan las producciones audiovisuales de realizadores locales, no sé por qué. La gran ayuda que recibimos fueron cuatros cassettes, que ahora por una nota que nos envió Cultura nos los echan en cara. Esta discusión da pena y vergüenza. Es lo que hay. No dependemos de esta gente, más allá que nos estamos peleando, porque desde la Red Andina de Realizadores queremos que se transparenten los fondos del INCAA que llegan a Jujuy, que la Provincia se comprometa a poner también fondos, que haya una mirada diferente sobre los realizadores que venimos trabajando y una relación más sincera. Nos conocemos todos y todos saben quién trabajan, quién hace y cómo. Ahora piden cédula fiscal para los realizadores, otra manera de obstaculizar. Esto en otras provincias no se ve, porque las producciones a nivel local llegan a ser una cuestión de estado, porque llevan el sello de esa provincia. Hay que plantearse quién sostiene la cultura, si los funcionarios que miran desde arriba o los poetas, los escritores, los artesanos, los teatrantes, los realizadores, qué es la cultura provincial, ¿es el funcionario en su oficina hablando por celular? Con una mejor planificación y distribución, escuchando lo que necesitan los artistas y los productores de cultura sería diferente y no es mucho. Ahora hay una convocatoria en la que se gasta 15.000 pesos en tres realizadores, nosotros desde la Red Andina pedimos que en vez de que sea tres, se den 15 ayudas de 1000 pesos o que la provincia ponga un poco más y sean 20. Entonces, vas a tener 20 trabajos distintos con 20 miradas diferentes, algunos van a ser mejores, otros malos, otros excelentes”. (A.T.).