No vamos a intentar aquí una valoración  análisis de su obra; sus valores son conocidos y reconocidos a nivel nacional y fueron definidos por críticos de primer nivel en el país.
Espíritu sensible, Guillermo Buitrago asimiló experiencias en el paisaje de su Jujuy natal, fundamental en el paisaje rural al que trató con sustancia poética.
      La naturaleza para el tuvo el mismo significado que ese lenguaje cuyo aprendizaje fue además parte de su intención: revelar a través del cuadro, de la materia pictórica, su interpretación de la realidad.
      Con un generoso registro cromático, compuso una paleta en la que no ahorra materia para resolver, con técnica segura y toque preciso, paisajes en los que la luz -siempre la luz- asume un rol protagónico. Se afanó en la tarea de revelar las hermosuras de la naturaleza pero lo hizo alejado de toda intención retórica.
      Son obras que transmiten una vibración casi religiosa, un orden y una claridad en el lenguaje que nos invitan a penetrar más allá de la superficie del plano.
      Buscó lo fundamental, y bajo la aparente sencillez de sus planteos plásticos, se oculta un razonador profundo y de no poca sabiduría pictórica.
      Evocar al pintor desde el presente, oteando con la mirada en su pasado, es lo que lleva a re-conocerlo.
      Valorizar su labor docente y creativa nos lleva a experimentar su pintura como pálpito de vida, como actividad vital y esencial. Como la sumatoria de hombre y naturaleza, existencia y trascendencia.
La muestra reúne trabajos del autor que fueron realizados en diferentes momentos de su fecunda producción y pone de relieve la importancia de una obra que ha quedado como testimonio del quehacer digno, medido y elaborado de un artista que no hay que olvidar.

      2005 es el año del nacimiento del jujeño Guillermo Buitrago, artista plástico de vasta trayectoria.
      Curso estudios en la Escuela Nacional de Artes, egresando en l935. Realizó viajes de estudios a Bolivia y Perú, entre l928 y 1030. Ejerció la docencia en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de Tucumán.
      Formó pare del grupo que inició la divulgación y enseñanza de la educación estética basada en los principios formalistas de la composición plástica. Con R.Cstagna, H. Cartier, A. Merlino y Janello. Fue también imaginero, especialidad en la que realizó numerosos trabajos, entre ellos el Cristo de la Cruz, en madera de Ceibo; Nuestra Señora del Carmen, que se encuentra en el Cementerio del Oeste en Buenos Aires; y otros más. Realizó murales y vitrales en la Iglesia de los Hermanos Maristas en Pilar; un Vía Crucis en una Capilla de Luján; Leyenda de la virgen (Vida de Santa Rita) en la Iglesia Homónima de Jujuy. Viajó tres veces a Europa, exponiendo en Roma un conjunto de sus obras.
      Ilustró diversos libros.
      Participó del Salón Nacional desde 1028, obteniendo el Premio Estímulo en 1941 y n Tercer Premio en l950.
      Entre otras muchas actividades artísticas y docentes, participó en 1951 de la Bienal Hispanoamericana de Arte realizada en Madrid.