Ariadna Tabera
La precariedad es una manera de definir la situación de mujeres y hombres en Argentina, en América Latina. Nos sentimos precarios cuando estamos a merced de la ineptitud y la corrupción en la Justicia, cuando tenemos escaso acceso a fuentes de agua no tan potables, cuando no tenemos seguridad respecto a nuestro actual trabajo (en caso de tenerlo).... Somos precarios porque la violencia explota en todas partes. Y la lista sigue, interminable. PodrÃamos definirnos como precarios desde diversÃsimos aspectos de nuestra vida actual. Pero hay una cuestión en particular que me interesa enfocar respecto de la precariedad, y es la situación de la mujer, cuya precariedad existencial viene avalada por modelos de dominación, a pesar de los cambios y de los caminos abiertos en los últimos tiempos, como consecuencia de la lucha infatigable de muchas mujeres. Esos modelos de dominación patriarcal subyacen y se reproducen a través de la educación, de la formación y el sistema los va reforzando a lo largo de nuestra vida. Nos va enseñando determinados patrones de conducta a los que ajustarnos y diseña determinadas maneras de interrelación entre hombres y mujeres, entre mujeres y mujeres y entre hombres y hombres. Me parece importante empezar a traer a La Revista algunas cuestiones de este tipo, teniendo muy claro que las etiquetas acerca de estas temáticas aparecen rápidamente.
Un grupo de mujeres españolas, desde 2002, se ha dedicado a âcartografiarâ los caminos, âlas derivasâ de sus compatriotas para ver y reflexionar a partir de allà acerca de la precariedad de la existencia de la mujer, en una sociedad del âPrimer Mundoâ. De este registro polifónico de voces surgieron un libro y un sitio web, en constante proceso, textos hechos de remiendos y encuentros en busca de nombres comunes, singularidades a potenciar, formas de cooperación, resistencia, fuga y espacios de organización desde la multiplicidad.
La operación de salir de cada una para contar-registrar los caminos, tan fragmentados y dislocados, a partir de diarios de viajes, relatos y apuntes, permite una âinterrogación mutua y crÃtica sobre lo cotidianoâ. La deriva aparece, entonces, como una herramienta fundamental, âdispositivo de desconexión del espacio-tiempo enloquecido y rutinizado de la movilización total y de redescubrimiento (...) de los circuitos de precariedad...â .
Entienden la precariedad como âun conjunto de condiciones, materiales y simbólicas, que determinan una incertidumbre acerca del acceso sostenido a los recursos esenciales para el pleno desarrollo de la vida de un sujeto. A través de esta definición se supera la dicotomÃa público/privado, producción/reproducción, y se puede dar visibilidad a las interconexiones entre lo social y lo económico, que permiten ver la precariedad no sólo desde lo laboral-salarialâ .
Para ellas todo comenzó con la huelga general en junio de 2002, convocada por los sindicatos españoles. âEn este dÃa y en los precedentes nos juntamos para pensar una intervención «acorde a nuestros tiempos», conscientes de que la huelga laboral, como la expresión culminante de un proceso de lucha, no nos satisfacÃa fundamentalmente por tres motivos: por no recoger -y esto no es ninguna novedad- la experiencia de explotación y reparto injusto del trabajo doméstico y de cuidado mayoritariamente realizado por mujeres en el ámbito «no productivo» de las unidades de convivencia; por la marginación a la que desde los presupuestos y formas de acción que generalmente la animan se condena a la invisibilidad de determinados trabajos cada vez más extendidos y comúnmente agrupados bajo la etiqueta de «precarios»; y por no conceder atención alguna al trabajo precario, flexible, invisible e infravalorado especÃficamente feminizado y/o migrante (sexual, doméstico, atención, escucha, etc.)â . Es decir, se hacÃa necesario inventar nuevas formas de protesta, con la dificultad de que cuando la producción se fragmenta y se deslocaliza, está organizada de tal modo que dejar de trabajar por unas horas (aunque sean 24) no afecta necesariamente al proceso de producción, a lo que se suma la fragilidad de la posición que supone poner en riesgo el trabajo. Ahà apareció âel piquete-encuestaâ por el cual se pusieron en contacto los diversÃsimos recorridos de las mujeres en un dÃa de sus vidas y que se fueron plasmando en la cartografÃa de las derivas. Esto es, un proyecto de interpelación basado en el desplazamiento, es decir, en la posibilidad de preparar y llevar a cabo una serie de recorridos que atravesaran los distintos circuitos metropolitanos de la precariedad femenina. A través de esta herramienta se da cuenta del continuum espacio-temporal de la existencia y a la múltiple presencia como técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes psÃquicos diversos.
A través de los diarios de viaje derivas es posible re-vivir las condiciones materiales y simbólicas de la precariedad, âel esfuerzo de mostrar(nos) y comunicar(nos) nuestras trayectorias cotidianas visitando fÃsicamente los espacios, los lugares materiales y simbólicos significantes para cada cual, te abre una increÃble posibilidad de saber: tu mirada recorre la geografÃa fÃsica pero también la inmaterial de los problemas, inquietudes, ilusiones y luchas de las otrasâ.
El hecho de que la vida esté tan fragmentada, tan parcializada a partir de la diversidad de situaciones personales dificulta el encuentro de denominadores comunes desde los que trabar alianzas, a lo que se suma la complejidad para expresar lo que nos pasa: âNecesitamos comunicar las carencias y excesos de nuestra situación laboral y vital a fin de escapar de la fragmentación neoliberal que nos separa, debilita y convierte en vÃctimas del miedo, de la explotación o del egoÃsmo del sálvese quien pueda. Pero, sobre todo, queremos hacer posible la construcción colectiva de otras posibilidades de vida a través de una lucha conjunta y creativaâ .
CANSANCIO
Esta es una deriva registrada en España, pero que podrÃa ser relatada por una trabajadora de casi cualquier lugar del mundo.
-Y cuando le digo agotamiento fÃsico, ¿qué se imagina?
- Ay, el agotamiento, mucho trabajo y mucho de todo, o sea, es como una enfermedad que ya uno no da más
- ¿Usted siente agotamiento fÃsico a diario?
- SÃ, sÃ, sÃ, a diario, porque una se levanta por la mañana, porque aunque se trabaje medio tiempo uno, se es madre, esposa y además de eso tengo a mi madre aquÃ, que soy hija, entonces tengo que estar haciendo las cosas, ordenando todo, una madre nunca descansa, es la primera en levantarse y la última en acostarse (Preguntando a una mujer ecuatoriana en un parque durante la deriva de trabajo doméstico).
www.sindominio.net/karakola/precarias.htm
www.sindominio.net/karakola/precarias.htm
AA. VV. (2004) A la deriva. Por los circuitos de la precariedad femenina. Madrid, Traficantes de sueños útiles.
www.sindominio.net/karalola/precarias.htm
Véase L. Balbo, (1978) La doppia presenza, Inchiesta, 32, Bari, y F. Bimbi, «La doppia presenza: fattori strutturali e processi sociali nella diffusione di un modello complesso di lavoro femminile dalle economie centrali a quelle periferiche» en Mariella Pacifico (ed.) 1989. Lavoro produttivo, lavoro riproduttivo. Contributi sulla divisione sessuale del lavoro, Nápoles, Edizioni Scientifiche Italiane,.
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